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Tigre*
por Antonio Leal
En el adytum de su cueva
el jaguar ventea
el erial donde - en el trópico -
la selva ciega
con imposibles bejucos
todos los caminos,
con tupidos silencios
que sólo oírlos duele,
con semillas de miedo
que dondequiera crecen,
con sofocantes olas
de un maremágnum verde.
En el lenguaje de su piel,
como un mandala,
como una pandorga que vuela
ornada de eclipses
que van rumbo
a otras constelaciones estelares,
transcurre la noche
que muere en manos del día.
En el trasiego de las horas
vela sus zarpas,
las devuelve con suaves lamidas
todo el nácar,
con lengua salvaje les da un guiño de ternura,
con lamidas en nácar.
Sacerdote tigre
con mirada de basalto,
su linaje es del tiempo
de las piedras solares;
estuco es su memoria
que guardan las estelas,
de chilam es su rostro,
de balam su máscara,
su nombre está en la raíz
de los libros de piedra.
Con babeante molicie
restaña una a una
sus heridas de viaje.
Oficiante divino,
augur de las chivalunas,
él es quien recibe
el alma de la víctima
que muere en el juego
de pelota en el infierno.
*ANTONIO LEAL. 31 DE DICIEMBRE DEL 2007. De su nuevo libro La historia de Él.
Texto, Copyright © 2008 Antonio Leal.
Todos los derechos reservados.
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