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Secuestrar poetas: noticias sobre el secuestro de Rogerio Tenorio
SIN NOTICIAS DE UN SECUESTRO
por Luis Miguel Madrid
El poeta Rogerio Tenorio desapareció de Buga, en Colombia, el último día 12 de diciembre. No hay noticias, ya que como suele suceder, las noticias sobre los secuestros sólo hablan de acontecimientos anteriores a la desaparición y como es habitual en el mundo de las "no noticias", el desconcierto es grande, ya que en el mismo momento en el que se pierde un hombre, se ocultan los caminos de la información y la actualidad se muestra en negro con fondo del mismo color. Es como si escondieran los diarios, como si una mano oculta desenchufara todos los televisores y apagara las radios.
Es siempre un hecho igual de inexplicable y doloroso pero cuando se trata de un poeta, los que nos quedamos fuera del apresamiento notamos enseguida que se difuminan ciertos elementos de escritura y algunas imágenes pierden sus poderes o se despistan utilizando atribuciones equivocadas. Algunas rimas y los sonetos especialmente, desconectan el uso de medidas, los cuartetos se hacen impares, las sílabas menguan, los versos se multiplican y no hay estrofa en la que no aparezca la palabra soledad.
Afortunadamente, nos queda la opción de rescatar cierto tipo de noticias, incluso de carácter más
verdadero, como son las que produce la agencia Deseo & Esperanza, digna de todo nuestro crédito. En sus
boletines se dice que Rogerio está bien, que se toma sus pastillas para la tensión y las de la
circulación de la sangre, que tiene un cuaderno y escribe a diario, que está ideando un proyecto
para crear una empresa avicultora en los alrededores de donde se encuentra, que se acuerda mucho
de su familia y cada día, aunque sea en silencio, habla con ellos y también con sus amigos de Buga y
que no se cansa de leer y que se le agota el lápiz de tanto corregir las Crónicas de un joven de
provincia secuestrado. Ya lleva veinte y tantos capítulos redactados, uno por día, casi listos para
llevarlos a la imprenta, ahora a su regreso. Y poemas nuevos, Rogerio Tenorio encuentra tiempo cada
tarde para poner al día las medidas de los versos o la construcción lógica de sonetos con dos cuartetos
y dos tercetos.
Queremos añadir, aunque no se corresponda con lo publicado en las "no noticias" o las de nuestra agencia de confianza, que quitarle a un hombre la posibilidad de estar con quien quiere, donde quiere y como quiere no es bonito, no es correcto, que amarga. A él, a los suyos y sin duda debería amargar a los mismos que no dejan a un hombre ser él mismo.
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UN POETA SECUESTRADO
por Harold Alvarado Tenorio
La noticia llegó como un campanazo siniestro: Rogerio Tenorio, un joven y
lúcido poeta de 83 años, valiente y bueno, ha sido secuestrado en Buga,
Valle del Cauca, Colombia, el 12 de Diciembre de 2003, por la cáfila de
sepultureros a sueldo que se aprovecha de un régimen dando bastonazos de
ciego y una sociedad sorda y muda que solo se conmueve con el fútbol y se
defiende con jaculatorias. Patadas y oraciones, porque el que peca y reza
empata. Los secuestrados en Colombia llegan hoy a cerca de cinco mil.
Rogerio Tenorio (Buga, 1921), quedó huérfano de padre cuando tenía siete
años. Autodidacta, hizo hasta tercer grado de primaria, aprendió por correo
contabilidad y durante su juventud trabajó como labriego en las cordilleras
cercanas a su pueblo. Desde muy joven se dedicó al periodismo en la Radio
Guadalajara y creó la oficina de la Compañía Suramericana de Seguros,
destacándose durante mas de una década como uno de sus corredores estrellas.
Durante la década de los años setenta ocupó en dos ocasiones la alcaldía de
Buga y fue concejal y diputado ante la Asamblea Departamental del Valle. A
los veinticinco años publicó su primer libro de poemas, Campanario del alba
y en 1976 En la orilla del tiempo. En 2001, al cumplir ochenta años, fue
dada a la imprenta una selección de sus crónicas bajo el rótulo de Crónicas
de un joven de provincia.
Fundador de una de las empresas avícolas mas antiguas de Colombia, también
se ha destacado como dirigente gremial de varias asociaciones nacionales del
ramo.
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LA POESIA NO HA MUERTO
por Francisco Gómez Valderrama
Occidente, Cali, 20 de Febrero de 1976
Acostumbrado uno, casi que por obligación o necesidad profesional, a la
lectura de tanta producción literaria, encuentra que la poesía es cada vez
más esquiva, menos frecuente, y que hay cierta uniformidad grisácea en la
producción de los nuevos valores.
Decir por ello que "la poesía no ha muerto", es ratificar el descubrimiento
de un nuevo filón, de una veta con brillo particular que surge cuando menos
se espera y donde menos se piensa. Entonces leer un poema se convierte en
una sensación inefable e indefinible de júbilo espiritual, asi como una
fusión inmediata con las cosas que se aman, se sienten y se intuyen.
Debo agregar, como otra ratificación de mis gustos intelectuales hecha en
favor de un poeta de quien voy a ocuparme enseguida, que poca afición tengo
por la lectura poética. O mejor dicho, que selecciono con un gran cuidado
estas lecturas porque no ocurre con la poesía lo que con la prosa, donde
unas cualidades pueden ocultar o compensar ciertos defectos o fallas. Para
mí la poesía debe ser íntegra, totalmente hermosa, sin una quiebra, sin una
fisura por donde podría deslizarse el desencanto.
Pues bien; a mi mesa llegó un pequeño cuaderno de pasta morada con este
sugestivo título: En la Orilla del Tiempo. Se trata de los poemas de un
vallecaucano oriundo de Buga, Rogerio Tenorio; la edición ha estado a cargo
de la editorial Londir. Se trata de la recopilación de breves sonetos al
parecer fruto selecto de una permanente cosecha entre 1947 y 1976.
Me he deslumbrado con la lectura de estos versos, tan sugestivos, tan llenos
de vitalidad, tan patéticos y humanos pero, al mismo tiempo, acariciados e
inspirados por un hálito de eternidad que hace necesariamente vagar el
pensamiento en pos de algún alado genio, de cuya savia prodigiosa ha tomado
este auténtico poeta vallecaucano todo el calor, al tiempo que la dulzura,
capaces de convertir las palabras de piedra en espíritus vibrantes y
sonoros.
Como un regalo para los lectores, transcribo a continuación uno de los
sonetos del libro de poemas En la Orilla del Tiempo, en la seguridad de que
su producción está llamada a figurar en primera línea dentro de la actual
poesía colombiana:
Esta hora quebrándose en instantes
sobre el mundo y su angustia desolada,
esta plena conciencia de la nada,
le da al dolor dureza de diamante.
El corazón padece el flagelante
sopor que me circunda. La cascada
de mi sangre es más alta, y la anhelada
ilusión de olvidar, se hace distante.
Y el amor, renacido de repente,
crece sobre el cadáver de la tarde
grabándome recuerdos en la mente.
Huérfana el alma, siéntese cobarde
ante este olvido que al dolor ofrenda
una ausencia más cierta y más tremenda.
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POEMAS DE ROGERIO TENORIO SANCLEMENTE
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Texto, Copyright © 2004 Rogerio Tenorio Sanclemente, Harold Alvarado Tenorio, Francisco Gómez Valderrama, Luis Miguel Madrid.
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