Biblioteca Babab
[Visita nuestra Biblioteca: libros completos totalmente gratis]



Karl Bartos. El vocoder al poder.

por Diego Gez


Revitalizando el sonido del Techno pop, Karl Bartos le inyecta energía a un género que aún depara sorpresas.

Abandonar el seno de un grupo exitoso presupone desligarse de una atmósfera segura, en donde, más allá del espacio para el error, la estructura otorga elementos de confortabilidad imposibles a la hora de comenzar de nuevo. Pero a la vez regala espacios para nuevos desafíos que se tornan imposibles de tomar cuando las decisiones no se presentan como elementos transferibles.


Karl Bartos le dijo adiós (hace ya más de 10 años) al seno de Kraftwerk. Seguramente harto de las distancias entre disco y disco, de ensayos de mas de 365 días en los que cada sonido era chequeado, para luego ser desechado -o abandonado con la misma pasión con la que fue creado- para encarar un camino donde la seguridad del grupo de Dusseldorf no otorgaba salvavidas alguno.

Fue entonces cuando a principios de los 90's formó Elektric Music (con colaboraciones de Andy McCluskey de OMD) y dio a luz a Esperanto, un álbum que basado en máquinas de ritmo y vitalidad techno pop, hizo pensar a más de uno que el paso al costado constituyó una decisión acertada y que posteriormente lo llevó a colaborar con Electronic (el grupo formado por Bernard Sumner (New Order) y Neil Tennant (Pet Shop Boys).


¿Pero qué impulsa a un hombre que participó en la banda más grande de techno pop de la historia de la música a no colocar su nombre como marca registrada de un proyecto? Recientemente por Columbia Records canceló toda disyuntiva con Communication, un álbum que lo encuentra en la mejor forma, como para actualizar los pergaminos de un género que, gracias a la revalidación de lo que ahora llaman "electrónica", otorga oxígeno en forma contemporánea sin apartarse de las convenciones del genero.

Bartos a lo largo de 10 temas revitaliza la fórmula del vocoder (aunque a veces hace abuso de ella) como elemento preponderante en su música. Como queriendo llevar este recurso a un poder absoluto que no piensa negociar. Será por eso que I´m the message, el primer single del álbum, y su video, lo muestran como un fiel exponente de la tradición teutona por el uso de las máquinas, donde las percusiones, los puentes entre los estribillos y los teclados, que sobrevuelan como olas, hacen inevitables las comparaciones con su antigua banda, claro que con la mejor parte de su historia, que ya quedó lejos y en el tiempo.


Ahora bien, adentrarse en el universo de este álbum amerita algo mas que una cabalgata de revisionismo histórico o paisajes de lugares comunes ya transitados. Mas bien trae de regreso, y con tinte indudablemente personal, lo que Kraftwerk no quiere o no puede hacer en la actualidad, es decir, reencontrarse con sus propios genes, esos que alguna vez fueron alimentados por Bartos.

Mientras que The camera, Reality o Cyberspace representan canciones simples de sensibilidad valorada, 15 minutes of fame, Electronic Apeman o Life realzan la apuesta por la canción con máquinas al estilo New Order (¿vestigios de la colaboración de Bartos con Bernard Sumner?) donde la electrónica orgánica retrotrae a la pista de baile de los 80's como opción valedera e invita a la diversión sin límites tan característica de la época.


Cuando muchos grupos y solistas en la actualidad usurpan ideas creadas hace mas de veinte años y las presentan como la última gran cosa, Karl Bartos no se ufana de haber contribuido al proceso seminal de un género como el techno pop y lo recorre con la tranquilidad de la experiencia que dan los años y que muy pocos pueden ostentar.




Texto, Copyright © 2004 Diego Gez.
Todos los derechos reservados.


 


Babab.com
Para contactar con nosotros entra aquí
Última actualización: jueves, 1 de enero de 2004

Copyright © 2000-04 Babab
Prohibida la reproducción de cualquier parte de este sitio web sin permiso del editor. Todos los derechos reservados.