
|
Homodigitalis: Aquí estoy... el futuro, pertenezco a él.
por Eva Contreras
¿De dónde vengo...? Naceré en
un mundo electrónico... soy
dígito, soy humano.
Estoy confuso... evolucionaré,
crearé mi lenguaje, me copiaré,
me personalizaré, moriré...
morirá mi yo humano, morirá
mi yo digital.
Homodigitalis. PART I: The Body
La máquina forma parte de nuestras vidas, una nueva etapa de la
evolución humana ha comenzado: nos convertimos en homodigitalis. Bernardo Rivavelarde y The
Lab (Miguel Lázaro y José Corredera, antes conocidos como VMG) han pasado casi tres años
trabajando en esta nueva obra que continua lo comenzado en 1999 con Escuchando Imágenes.
Aquélla exposición mostraba imágenes digitales y alguna animación corta de Bernardo
acompañadas de los sonidos creados por VMG. Fue todo un éxito: Bernardo ganó el premio
Laus y el Mobius, que se unen a otros conseguidos como diseñador gráfico para diversas
páginas webs y que le colocan como uno de los diseñadores españoles más interesantes.
Homodigitalis es una obra difícil de clasificar, una película de 33 minutos hecha a base de
animaciones de imágenes digitales creadas por Bernardo al ritmo de la música electrónica compuesta
por The Lab, y concebida como un tríptico para ser proyectada en tres pantallas de 3x4. Se divide
en tres partes: el cuerpo, la máquina y el futuro. Su presentación al público se ha hecho dentro
de una exposición más grande titulada Leonardo da Vinci y la Música, algo que en principio no tiene nada
que ver con Homodigitalis, pero que ha supuesto una gran oportunidad para estos creadores de
mostrar su obra en la Biblioteca Nacional de Madrid con el equipo necesario para
que Homodigitalis se vea en todo su esplendor, con las condiciones más apropiadas para que
se disfrute tal y como fue concebida. El estreno oficial de la obra por separado se hará a finales
de año en una sala madrileña que aun no se ha concretado.
Esta vez imagen y música forman un todo, Bernardo y The Lab han trabajado codo con codo desde el
principio, allá por el año 2000. "La idea surgió una fría mañana en una playa de Mallorca cuando
estábamos enseñando la anterior obra, Escuchado Imágenes, en una casa cultural. Estábamos pensando
en hacer otra segunda obra y empezamos a pensar en la idea del hombre digital. Lo que pasa es que en ese momento la idea iba sobre Leonardo" dice Miguel Lázaro, sentado junto a Bernardo en un bar madrileño, días después de la inauguración de la exposición. "Mira lo que es la vida" añade Bernardo, "empezamos pensando en Leonardo Da Vinci, un Leonardo electrónico o algo así...". Parece cosa del destino, ahora que su obra ya no va sobre Leonardo, se muestra en una exposición sobre él....
"Como por ahí iban los tiros, sobre el hombre digital, al final lo de Leonardo ya no nos interesaba mucho porque nos íbamos a centrar demasiado en una sola persona", comenta Miguel. "Era crearnos un problema de salida, centrándonos en una figura tan importante, es un problema hacer una interpretación de un hombre tan conocido" añade Bernardo, "pero pudimos aprovechar muchas de las cosas que habíamos hecho antes de cambiar de idea y hacerlo sin pensar en Leonardo, sólo sobre el hombre digital. Más que nada el guión, porque la estructura (cuerpo - máquina - futuro) es muy parecida a lo que había cuando pensábamos en Leonardo. La primera parte, el cuerpo, se ha quedado mas o menos como estaba a nivel de idea".
Según Miguel cambiar de idea y desechar a Leonardo "nos dio mucha más libertad creativa
porque Leonardo, a lo mejor en imágenes menos, pero en cuanto a la música nos limitaba mucho,
no podíamos usar ciertas cosas". Lo mismo les ocurrió con las imágenes. Una de las que se
desechó es ahora la utilizada para el cartel de la exposición Leonardo da Vinci y la música,
una recreación que Bernardo había hecho de la Gioconda y que ya no tenía lugar en Homodigitalis.
Imágenes y música se fueron creando a la vez con la idea de hacer un todo indivisible. "Cada
imagen o cada pieza de música es un mundo, cada tema es distinto, hay temas que salen de una imagen
en la que Bernardo ya estaba trabajando, pero luego muchas veces la música ha inspirado cambios
en esa misma imagen, o en la forma en que se movían las cosas" dice Miguel. "Recuerdo que el tema
de The Noise" dice Bernardo, "que es el más discotequero, estaba hecho antes de hacer las
imágenes, hice la escena y toda la imagen para esa música, pero otras cosas fueron al revés. También
ha habido imágenes que se han caído en el montaje y temas musicales que al principio estaban muy
bien pero que luego no han salido. En el montaje la música manda mucho por temas de sincronismo,
hay muchos puntos en que entra un piano o un bajo que hace que cambie en la escena lo que está
ocurriendo y hace que cambie el guión."
"Pero han sido pocas veces," añade Miguel, "porque pienso que nuestro vínculo es bastante estrecho
y cuando empezamos con una música inmediatamente Bernardo ve la imagen y al revés, cuando vemos una
imagen vemos la música inmediatamente. Nosotros siempre hemos dicho que si alguien puede ver nuestra
música en imágenes es Bernardo, cuando le encontramos fue como saber que eso era lo que estábamos
buscando". "Y al revés", añade Bernardo.
El encuentro entre Bernardo y los chicos de The Lab se realizó también gracias a las máquinas:
fue a través de Internet, gracias a una lista de gente a la que le gustaba la música electrónica,
en especial Jean Michel Jarre. Empezaron a escribirse emails, y decidieron conocerse en persona,
según cuenta Miguel: "yo escribía mucho sobre temas de música y al final siempre firmaba con mi
nombre y del grupo, que era VMG, y Bernardo no sabía qué era eso... Al final nos conocimos un
día en Madrid Rock".
"Luego tocaron en el Siroco", continua Bernardo, "en un festival de gente joven, y fui a ver que
hacían y me gustó mucho, por eso se hizo Escuchando Imágenes con su música. Pero en este segundo trabajo ya estaba claro que nos identificábamos mucho y el planteamiento ha sido muy diferente, porque entonces la música era un complemento y aquí la obra es un todo, no se puede separar la imagen de la música, hay que verlo todo junto, o no tiene sentido. Si ves una imagen estática suelta te puede parecer bien, pero lo ves animado con la música y cambia, lo mismo si escuchas la música por separado".
Aún así la música de Homodigitalis compuesta por The Lab se ha editado por separado con el
sello Blanco y Negro (subdivisión Neuronium), y supone un cambio de estilo con respecto a lo que hacían
Miguel y José cuando se llamaban VMG. "El cambio de estilo desde Escuchando Imágenes ha sido brutal,
nos cambiamos el nombre por eso y para sentirnos nuevos, porque éramos otros en realidad. El
disco de Escuchando Imágenes está muy bien y técnicamente es impresionante porque solo
teníamos 17 años y es una obra de arte para nosotros, estamos superorgullosos, pero es un estilo
completamente distinto, más clásico, más como la música que escuchábamos entonces..." comenta Miguel.
"Yo les dije que se olvidaran del piano, en Escuchando Imágenes lo había, aquí puede que también pero de otra manera, para mi no es piano..." añade Bernardo.
El sonido de Homodigitalis es según ellos mismos lo definen, más "cosmopolita" y variado, cada tema tiene su personalidad. "Ahora es todo más independiente," dice Bernardo "pero también porque cada imagen tiene su historia, cada escena, cada parte de la animación. Ves la primera parte sobre el cuerpo humano todo tan oscuro y "profundo", tan místico, y la tercera, en que es todo tan colorido y alegre, y es que no tiene nada que ver, ni la imagen ni la música, por eso es todo mucho más variado".
Homodigitalis habla del hombre electrónico, su tránsito a una nueva etapa de la evolución que será el 'homodigitalis' Después de tratar sobre el cuerpo y la máquina en las dos primeras partes, termina con una tercera que habla del futuro, donde cuerpo y máquina se unen en "el androide, el hombre electrónico del futuro" según lo describe Bernardo. Ese final ha ocasionado en algunos espectadores una sensación de tristeza que no es la que se busca en esta obra. La frase "solo soy un número" quiere tener en esta película un sentido nuevo alejado de prejuicios, para Bernardo es un final "romántico". Para ellos la máquina no tiene connotaciones negativas, conviven y trabajan a diario con ellas, Bernardo, además de los ordenadores, siente pasión por los coches y muchas de las máquinas que hay en sus imágenes parten de fotografías de automóviles. "Cuando dice 'sólo soy un número', mira lo contento que está el personaje de la imagen, la armonía que hay. Es frío pero yo lo veo muy alegre, muy encantado de la vida, no lo veo triste, la palabra es romántico, pero las imágenes son frías y la música puede pensar a algunos que es algo frío en principio, pero el objetivo de la exposición es que a través de la música y las imágenes y la unión de las dos cosas se transmitan esas sensaciones, más que con el guión y el argumento, que los hay... El hombre se está convirtiendo en máquina y eso está bien, creo que esa sensación a mucha gente le llega viendo la escena y escuchándolo."
"Pero depende de la relación que tenga el espectador con la máquina" añade Miguel. "Hay gente que no ha tocado un ordenador en su vida y que el microondas le da miedo, y es normal que cuando vean eso se sientan como 'cuidado, vamos a dejar las cosas claras...' pero luego hay gente que cada vez estamos más habituados a trabajar con máquinas y es una relación más personal, no lo ves como algo frío".
Todas las imágenes de Homodigitalis han sido creadas con Photoshop por Bernardo Rivavelarde. Después las animaciones fueron hechas por Félix Crespo en After Effects siguiendo el guión que le pasaron. "Tanto la música como las imágenes han ido cambiando hasta el final. Cuando estábamos montando he tenido que volver a hacer retoques en algunas imágenes", dice Bernardo. "Todo se ha hecho a la vez, así siempre hemos estado a tiempo de hacer cambios, por ejemplo cuando estábamos en el estudio grabando hemos llamado bastantes veces a Félix o a Bernardo para comentarles si teníamos que dejar cinco segundos de margen en algún sitio, o si queremos que esto entre antes o después" añade Miguel.
"El tema es que nosotros nos entendemos perfectamente y estamos en la misma onda y lo que hacemos es equivalente y lo que no se le ocurre a uno se le ocurre a otro, pero a nivel de montarlo todo ha sido muy duro" concluye Bernardo.
La idea de desarrollar la película en forma de tríptico parece poco práctica a la hora de ser exhibida, pero esa decisión responde una vez más a criterios estéticos: "los recursos de animación son muy sencillos, es todo plano, 2D, con fundidos, cosas que vienen y van, no hay morphing ni 3D. El hecho de ser tres pantallas da más posibilidad de que pueda lucir más la escena que esté funcionando en cada momento. Son tres pantallas, la del centro y dos laterales de complemento. Puedes jugar con elementos que pasen de una a otra, que funcionen dos pantallas o sólo una... con esas combinaciones luce mucho más. Sabíamos que se podía hacer y en teoría era relativamente sencillo, aunque luego nos hemos vuelto locos. Pero imagínate todo en una pantalla central, no tendría sentido".
Tres pantallas, tres partes, tres artistas, el número tres se repite constantemente en Homodigitalis."En el DVD tienes la posibilidad de ver las tres pantallas o centrarte en la del centro. Lo que hace mucho en estas cosas es el montaje, que ayuda a que la obra se luzca. Pero eso es como se planteó siempre, pantallas de 3x4, 12x3 en total, esa es la idea original del montaje tal cual."
Homodigitalis seguirá formando parte de la exposición Leonardo da Vinci y la música
allá donde esta vaya. El 23 de mayo viajará a Tenerife y posiblemente después salga de nuestro
país para ser exhibida en Japón y Estados Unidos. De forma independiente Homodigitalis
será estrenada en Madrid antes de finales de año. Por el momento está despertando un gran
interés en todos los que lo ven por su novedad y la calidad de su propuesta. "Es arriesgado.
Pensábamos que la gente se iba a quedar mucho más sorprendida pero lo entienden muy bien, y he
visto a gente mayor que lo ve tres veces seguidas y se quedan encantados y que oyen la música y
les ves como marcan el ritmo con el pie, las imágenes son actuales pero las puede entender
cualquier persona. Son tres partes muy distintas, la primera es más clásica, casi como si lo
hubiéramos pintado" comenta Miguel. "Se hacen obras conceptuales con un montaje impresionante
para no decir absolutamente nada, cosas muy raras, pero esto es muy sencillo, queremos producir
sensaciones a través de la música y la imagen y que no tengas que ir a alguien que entiende para
que te lo explique".
Para Bernardo Homodigitalis se podría definir como una película electrónica puesto que se ha realizado en su totalidad con herramientas electrónicas. Una película que les ha costado mucho tiempo y mucho trabajo terminar. Ahora el trabajo es diferente, dar a conocer su creación, y descansar antes de ponerse a pensar en una nueva obra. "A niveles más pequeños vamos a segur haciendo cosas", dice Miguel, "algo así de grande, puede que dentro de un tiempo. Nosotros estamos empezando con nuestra carrera, es nuestro primer disco, con contrato para continuar. Sabemos que Bernardo seguirá colaborando con nosotros, hará nuestros videoclips y portadas de los discos, pero para hacer algo como Homodigitalis necesitamos unos años para descansar".
Aquí estoy... el futuro, pertenezco
a él. Es cierto, lo decidí... soy
binario, soy forma, color, sonido,
ruido... estoy vivo.
bien, ahora soy un todo, el
proceso ha culminado... estoy
cansado, estoy feliz.
Homodigitalis. PARTE III: The Future
_____________________
 |
Texto, Copyright © 2003 Eva Contreras.
Todos los derechos reservados. |
|