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Una historia de Planetas.
por Raúl Devia
"Burn down the disco
Hang the blessed DJ
Because the music that they constantly play
IT SAYS NOTHING TO ME ABOUT MY LIFE
Hang the blessed DJ
Because the music they constantly play..."
Panic. The Smiths.
¿Qué pedimos, siquiera de forma indirecta, a un artista para considerar su obra "buena"?. Tal vez el reproche que hace Morrisey en el párrafo que inicia esta página sea demasiado simplista. Pero no conozco a nadie que se atreva a calificar así al genial "Smith". Y no seré yo el primero, desde luego.
La implicación con la obra propia, arriesgar tu equilibrio emocional en cada canción y la "honestidad brutal", acordándonos de Calamaro, no son valores en alza en un panorama musical que apuesta por muchas operaciones y raquíticos triunfos.
La vulgaridad se extiende como un escape nuclear. Por tierra, mar y aire, ejércitos de zombis dispuestos a comerse nuestro cerebro, se arrastran y nos cogen de los pies para impedir que huyamos. Las masas de Ortega y las pesadillas de Wilde acechan cada poro de nuestra piel, dispuestas a infectarnos. Definitivamente prefiero ser uno contra mil que uno entre mil. Las preposiciones salvarán nuestra vida.
Entre los que se encuentran a este lado del lodo (fonético y expresivo, me gusta) figuran en los primeros puestos de la infantería, Los Planetas.
El núcleo del grupo lo forman J. Rodríguez (Jota) que se encarga de cantar, toca la segunda guitarra y compone la mayoría de la música solo o colaborando con Florent Muñoz, guitarrista principal, alma sonora del grupo y, posiblemente el mejor exponente de lo que significa pertenecer a Los Planetas. A lo largo de sus años de historia han ido desfilando bajistas y baterías hasta completar la formación. Entre todos cabe destacar a May, que fue miembro inicial del grupo andaluz y que aportó pureza y honestidad durante los dos primeros discos tocando el bajo. El actual batería, Eric, ex miembro de Lagartija Nick y posiblemente el mejor en su instrumento del panorama independiente, (del panorama nacional, del panorama...), ha aportado al grupo un sonido compacto y denso que viene como anillo al dedo a las señoriales y elegantes canciones que son ya marca de la casa. Completan la actual formación, Banin a los teclados, elemento indispensable para la creación de atmósferas y envoltorios sonoros varios, y el bajista Miguel, incorporado tras la marcha de Kieran Stephen al final de la grabación del cuarto álbum.
El grupo granadino empezó su carrera allá por los primeros noventa con una "exitosa" maqueta en la que
incluía canciones que, con el tiempo, se han convertido en clásicos de la música independiente de este país.
La caja del diablo o Mi hermana pequeña forman parte de ese selecto club de himnos
generacionales al que pocos están invitados.
Un rápido recorrido biográfico por la carrera de los andaluces nos hace empezar por el año noventa y
cuatro. En estas fechas se edita su primer disco, Super8. Aunque habían publicado su primera
maqueta en una compañía independiente (Subterfuge), Los Planetas "se pasan" a una multinacional como
R.C.A. Esta "deserción" del mundo independiente no fue muy bien vista por muchos de los que, en
esa época, tenían los ojos puestos en el grupo granadino. El disco demostró, que la independencia
es sinónimo de honestidad y que si se mantiene esta nunca se abandona aquella. Sabia lección para tanto
revolucionario de seis cuerdas, apóstoles de la moral artística colectiva, majaderos ejemplares y
criaturas varias.
Su segundo disco sería bautizado como Pop, nunca sabremos si de un modo irónico, y producido
por Kurt Ralske allá por el año noventa y seis. Aunque para el común de los aficionados a este
grupo, Pop es el más irregular de sus trabajos, en mi opinión contiene canciones
que ponen de relieve lo mejor de la banda granadina. Aunque después intentaré desglosar cada
uno de los elepés, baste como adelanto que canciones como D.B y 8 merecen estar
entre las mejores creaciones de J. y compañía.
El tercer álbum vería la luz en 1998 y su título, Una semana en el motor de un autobús, nos da bastantes pistas sobre la estabilidad emocional necesaria para su asimilación. La portada, diseñada por Javier Aramburu (como todas las demás), nos muestra simplemente una señal de alarma tóxica. Si la toxicidad de la que se nos previene es química, sentimental o mezcla de ambas, supone un interesante punto de partida para una primera escucha del disco.
En 1999 apareció un recopilatorio con todos los sencillos aparecidos hasta el momento
llamado Canciones para una Orquesta Química. Una de las características más interesantes de Los Planetas es el esmero que ponen en las caras B de sus sencillos. Muchas de sus mejores piezas no aparecen en sus elepés "regulares" y eso es de agradecer por el fiel seguidor planetario.
El controvertido año dos mil nos dejó el que sería su cuarto álbum.
Los Planetas: Unidad de Desplazamiento cumple con la tradición de disco-cada-dos-años a la que nos tienen acostumbrados los granadinos. Una joya en la que Los Planetas muestran equilibrio, madurez, una forma de entender la música mucho más abierta y buenas, muy buenas canciones.
No hace falta ser un genio de las matemáticas, aunque serlo ayuda bastante, para darse cuenta de
que el año dos mil dos toca nuevo disco de los andaluces. Efectivamente, el pasado 26 de Agosto
apareció un nuevo elepé titulado Encuentros Con Entidades del que fue un adelanto el
sencillo Corrientes circulares en el tiempo aparecido hace aproximadamente dos meses.
Por respeto a los lectores de Babab, no creo que fuera muy honesto criticar un disco para el que no he
dispuesto prácticamente tiempo de escucha. Las buenas canciones necesitan reposo interior y lenta
asimilación, como si de un buen vino se tratara. De todas formas, algo me dice que los 15 euros
que pagué por él serán los mejores invertidos durante este verano de ermitaño al que el estudio y la responsabilidad me han empujado.
SÚPER 8
Primer disco de Los Planetas. Es, sin duda, el más primario de todos. Como después reconocieron, no se fiaban de prácticamente nadie y de esa desconfianza nace un disco áspero, sincero y que es considerado por prácticamente todo el mundo independiente como uno de los álbumes que marcaron la historia y el desarrollo posterior de la música de los noventa.
Canciones imprescindibles:
Si está bien:
Puede que sea mi canción favorita de Los Planetas. Podría resumir a la perfección
lo que cualquier artista quiere, de un modo u otro, expresar. J prácticamente repite la
frase Y si todo va tan bien, si todo es tan sencillo, ¿por qué este vacío que siento? durante toda
la canción y las palabras se clavan en las heridas mal cerradas, queman en un fondo de guitarras densas
como el humo de los incendios. Un incendio que la música no sofoca. Un incendio que se aviva con cada
palabra. El fuego inventado es el que más quema.
De viaje:
Ésta es una invitación a irnos juntos, lejos de este mundo, tú y yo.
Una huida de la mediocridad a la que sólo vemos suficientemente lejos cuando nos acompaña alguien especial.
Las ataduras se hacen ligeras, como de papel, y nada está tan lejos como para no reflejar nuestros sueños.
Cuando una canción de amor capta la esencia, la esencia no es el sacrificio sino la singularidad compartida.
POP
Segundo disco de Los Planetas. Como ya he dicho antes, es el que más división de opiniones genera entre los aficionados al grupo. Hay quien reprocha que la producción es demasiado recargada. Hay quien piensa que carece de coherencia interna e incluso quien acusa al disco de haberse quedado a medio camino entre lo comercial y lo independiente. Mi opinión personal es que tal vez no sea el mejor disco de Los Planetas, pero que contiene canciones muy buenas que muestran la evolución futura del grupo.
Canciones imprescindibles:
D.B.:
Dedicada, siquiera nominalmente, al ex cantante de Mercury Rev, David Baker,
la canción presenta una estructura similar a Si está bien. Un denso muro de sonido en el que la
voz de J. es la voz de la conciencia repitiendo Piensas que me entiendes, pero no sabes nada sobre mí
como lo haría un moribundo al dar un último y doloroso susurro de verdad desnuda. Es el enroque definitivo;
ni tú ni nadie, nadie, puede cambiarme...
8:
Es una de las canciones más pop del pop. La historia que se nos cuenta
es bastante típica, aunque la deliciosa sensibilidad que demuestra la letra de J. y ese traqueteo que
nos mueve durante toda la canción como si viajásemos en un tren, de primera por supuesto, hacen de
ella algo inolvidable. Levantarse acompañado de alguien a quien quieres es un tema recurrente que
esta canción convierte en especial. Y el arte, a veces, es una excusa perfecta para buscar lo especial
en lo cotidiano. ¿Quién nos ayudará a parar el mundo?.
UNA SEMANA EN EL MOTOR DE UN AUTOBÚS
El mejor disco de Los Planetas hasta la fecha. Por su sonido, por lo que dice, por como lo dice, es decir... por todo.
Que este disco no sería el mismo sin la batería de Eric es algo evidente. Sólo el trabajo de éste en
la canción que abre el álbum, Segundo Premio, justifica su presencia en él.
Posiblemente, este elepé marca un sendero nuevo dentro del viaje evolutivo de los de Granada.
Este camino muestra nuevas pautas musicales en las que los componentes de la banda aprenden unos de otros.
Da la sensación de que se escuchan más que antes y eso da coherencia al total. Kieran, al bajo, demuestra
que éste no es un instrumento menor y la sección rítmica que consigue crear se convierte en los cimientos
sobre los que J. y Florent pueden descansar su música y sus letras sin miedo a caídas repentinas.
Además, o precisamente gracias a lo anteriormente dicho, Los Planetas se atreven con un disco conceptual.
La caída, contemplación y escapada de los infiernos sentimentales, por parte de alguien que es capaz de
todo menos de mentirse, constituye el hilo conductor de éste brillante hito en la historia de la música
en español.
Canciones Imprescindibles
Línea 1:
Que hundirse no es la mejor solución cuando algo va mal, lo sabemos todos. Pero también sabemos lo adictivo que resulta ese nihilismo como fin en sí mismo. Esa contemplación en un espejo del que sabemos que deforma nuestra imagen. La vida pasada por el tamiz de lo humano, nos deja rara vez oro, casi siempre arena. Esta canción muestra, al desnudo, la diferencia entre ser y querer ser.
La copa de Europa: Tal vez, sólo tal vez, el mundo exterior a nosotros sea una excusa
de nuestros sentidos para que no miremos dentro. La Luz con mayúsculas ciega y todos, todos, estamos
hechos de luz. Cuando se encara el reto, cuando volvemos nuestros ojos hacia la verdad, corremos el
riesgo de convertirnos en estatuas de sal. Pero si sobrevivimos a ello, si salimos a salvo del intento,
nuestra vida habrá cambiado para siempre. ...¿Cuánto tiempo he perdido ahí afuera, cuanto por descubrir,
en mi cabeza?.... Los arreglos de cuerda, la batería que marca el camino y la voz de J., mas J.
que nunca, hacen de esta canción un clásico. Algo único. Uno de esos guiños que la gente especial
recibe de vez en cuando, y que nos demuestran que no estamos solos.
La insoportable levedad del ser se convierte en la pesada carga del buscar.
LOS PLANETAS: UNIDAD DE DESPLAZAMIENTO
Cuarto disco de los granadinos y posiblemente el más maduro de todos. Los instrumentos suenan de forma diferente, la producción (a cargo de ellos mismos) nos deja un álbum equilibrado, reposado y mucho más interesado en la creación de atmósferas nuevas que en explosiones puntuales. Si exceptuamos un par de canciones, el resultado final no son "sencillos" fáciles de escuchar y que llegan inmediatamente sino inteligentes mensajes cifrados que piden un trabajo por parte del oyente. Un trabajo que requiere tiempo y un número de audiciones mayor que el empleado en sus anteriores discos.
Las letras, también, se esconden bajo metáforas mucho más sutiles que otras veces. Ya conocíamos la faceta de J. para escribir letras directas pero nada fáciles y técnicamente sobresalientes. Pues bien, ahora los textos dan una vuelta más de tuerca y lo que antes nos transportaba por autopistas, ahora nos lleva por carreteras secundarias de difícil acceso pero con paisajes mucho más bonitos. El tiempo invertido merece la pena.
Canciones Imprescindibles
Que no sea Kang, por favor: Alguien pide ayuda a un futuro del que se sabe fuera.
No espera ser escuchado pero, aun así, insiste. Existir no puede ser como aparenta ser. Si la soledad
era esto, sin duda, la vida está en otra parte. El infierno son los demás y ni el miedo ni la desesperación
aclaran el paisaje, negro como las lágrimas de la estatua de hielo que mueve el corazón de los hombres.
Acaba la película y los malos van venciendo.... Ya no hay gritos que paren la derrota. Realmente,
nunca los hubo. Cuando buscar es la excusa para no mirar de cara al vacío.
Un buen día: ¿Quién dijo que no se puede hacer nada inteligente y accesible a la vez?.
El transcurrir de un día en la vida del protagonista nos muestra (con matices repartidos por toda la canción,
con pequeños guiños, como si de un cuadro se tratara) que algo falla en su cómoda y aparentemente envidiable
existencia. Deja translucir esperanzas, sueños y recuerdos sobre un fondo de goles, citas, cervezas y aparente
diversión. Ser honesto esta sólo al alcance de los que sienten la necesidad de serlo. Y al protagonista de
esta canción, esa necesidad le sale por la piel con sudores fríos. Escalofríos de vida.
EPÍLOGO.
Soy consciente de que dejo mucha información sin cubrir, (en 1999 apareció un EP titulado
¡Dios existe! El rollo mesiánico de Los Planetas con cuatro estupendas canciones que marcaban ya ese cambio de rumbo comentado anteriormente) y que no digo nada de la recopilación de sencillos lanzada también durante ese año que incluye alguna de las mejores canciones del grupo. Pero mi intención era mostrar la evolución Los Planetas a través de sus álbumes de estudio. También quería, a la hora de comentar las canciones más interesantes que componen cada disco, aportar una visión extremadamente personal, no fundada en opiniones técnicas sino en sentimientos.
Tal vez, sólo tal vez, al leer esto alguien se acerque a cualquier tienda, compre uno de los discos mencionados y descubra lo que yo descubrí cuando empecé a escucharlos.
Tal vez, sólo tal vez, alguien tenga la sensación de que las melodías, las letras y la empatía en estado
puro, tanto de éste como de otros grupos, pueden aportar algo a sus vidas. Salvarlas de la mediocridad.
Tal vez, sólo tal vez, el destino quiera cruzar vuestras vidas con la música de verdad.
Aunque, ¿quien sabe?. Como dicen Los Flechazos:
El estilo no se compra, sé que tu nunca podrás entenderlo, ¿Qué mas da?
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Texto, Copyright © 2002 Raúl Devia.
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