
 |
Poemas de Santiago Montobbio.
EX-LIBRIS
No es bueno apretar el alma, por ver si sale tinta.
El papel sigue siendo el asesino -el asesino de ti-
y quizá es mejor que la sombra y que sus dagas
por antiguas voces descalzas vayan. Por antiguas voces,
muy lejos del número y sus cárceles, entre nieblas
olvidadas. Pero también pienso que con todo esto
tal vez puedas hacer algún día un cuadernillo;
que con todo esto -rojos, nieblas y niños
que se dicen adiós por las esquinas- quizá sí puedas
reunir unos ilegibles pedazos de diario
para con paciencia zurcirlos, tarde adentro,
hasta que torpemente formen un libro hecho de frío.
Y quizá sobre sus grises tapas de lluvia
puedas tú poner también mi nombre antiguo
y, justo debajo, las sabidas fechas
de mi nacimiento y muerte. Y entonces
mi nombre pequeño allí, mi nombre -pobre-
que no sé ya si da pena o si da risa
así grabado en unas tapas
ante las que puedas abrazar las evaporadas siluetas
de unos tristes fantasmas sentimentales que no soy
pero que los viejos papeles tercamente dicen que sí fui.
CINCO O PARECIDAS TRETAS
Igual que las fotografías, los abrazos o recuerdos,
el sexo es poco más que un miedo, uno más
entre los tantísimos trucos
que trabajosamente acunamos, para seguir viviendo.
Un cansancio necesario, una sabida pero inconfesada treta
que nos permita sentarnos en un bar
hasta que sin quemar se consuman las colillas de la lluvia
y abrazar después en ellas aquellos anticuados fantasmas
que fueron nuestros o que, simplemente,
a nuestro vacío nombre respondieron.
Un cansancio, una azucarada daga, cinco o parecidas tretas
y total para poder decir este pecho es mío,
en sábanas así ha de palpitar el munco,
o risibles cosas de este estilo;
para engañarnos aún y hacer ver que somos nuestros,
que somos en la desgarrada soledad de alguien,
que no me abandones, amor, que cuánto nos queremos
y sino mira cómo conservamos adolescentes trucos
con los que aún fingimos creer
estar haciendo feliz al otro.
LA TINTA DE ESTE PAPEL ES LA TINTA ÚLTIMA
Porque vivir no basta al hombre, porque la cárcel
injusta de los días hace que se pudra
la pequeña carne de los sueños
o porque no me quedan calles ya que guarden
alguna risa dentro, o algún nombre,
sobre mi mesita de noche tengo preparado
el final cianuro silencioso. Pues sé que el dolor
cabe en un vaso, aunque no cuándo apurarlo;
será, quizá, la semana que viene, de aquí dos días,
o más pronto acaso. Ante cualquier balcón,
desde cualquier minuto. Cuando los ojos
no soporten más sus látigos y tarde sea
cuando adivinéis el modo en que la sombra
es lobo y me devora.
Pero aunque
no haya dicho adiós a nadie, aunque
para todo ahora sea tarde
sí hubiera querido que cuando leyeráis esto
ninguno de vosotros fuera necio y pensara
que aún es un poema. Porque esto no es un poema,
esto ni siquiera es un testamente,
yo nada tengo y nada dejo y así
esto quizá no es más que una memoria o un anuncio
de aquello para lo que ya no hay viento.
AHORA TU OFICIO VAN A SER LOS MALEFICIOS
O DE LAS CLÍNICAS INGENUIDADES DEL POETA
Cansado, con las inútiles estrellas de la tierra sólo lleno
y cansado como únicamente puede estarlo
quien ha tenido en cada momento que soportar la vida
como si fuera de otro
busca en un jovenpasado tal vez inexistente
las señas y caminos
con los que edificar desde esta noche
unos proyectos más ligeros de prisiones
y que un recobrado aire sin edad te traiga entonces
nombres, historias y retratos que juren que tuviste
y que se dispongan por fin a silbarte entre la arena:
has de ser el escritor y el cielo, esta no es tu vida,
jamás lo ha sido y como ahora
tu oficio van a ser los maleficios
has de volver a ser de nuevo el poeta extraño
que por su olvido busque las comisuras del cielo,
sobre muerte palabra y risas tú, sobre tiempo
y muerte un pájaro triste de violines magos,
miradas en clave ya tú sobre la muerte.
__________________
Santiago Montobbio. Barcelona, 1966. Publicó por primera vez como escritor en la REVISTA DE OCCIDENTE en
mayo de 1988 (Madrid, Nº 84), Su libro Hospital de Inocentes mereció el reconocimiento de
ilustres autores. Cabe destacar, entre ellos, los testimonios de Juan Carlos Onetti y Ernesto Sábato.
Ha publicado también Ética confirmada y Tierras (Francia, 1996). Sus obras en
prosa se han editado con frecuencia en EL NORTE DE CASTILLA (Valladolid) por decisión de
Miguel Delibes. Ha publciado en numerosas revistas de España, Europa y América, y ha sido traducido
a varios idiomas. Ocupa la vicepresidencia de España de la Association pour le Rayonnement des
Langues Européennes (ARLE), de Neuilly-sur-Seine, y es corresponsal en Barcelona de su
revista EUROPE PLURILINGUE, que publican las Éditions Université Paris 8 (París).
 |
Texto, Copyright © 2002 Santiago Montobbio.
Todos los derechos reservados. |
|