Estampa 2000, claves del arte contemporáneo por
Sara Rivera
"El arte debe enfrentarse a ese proceso de empobrecimiento que
sufre nuestro imaginario a causa de lo mediático. Debe primero deconstruir, criticar, y
segundo reservar para el arte la expresión sobrecogida y melancólica de su silencio
autorreflexivo".
José Luis Brea, "El punto ciego. Arte Español de los años
90"
El pasado mes de noviembre se
celebró en Madrid la VIII edición de Estampa, Salón del Grabado y Ediciones de Arte
Contemporáneo. Estampa tuvo como objetivo desde su primera edición en 1993 difundir el
grabado tanto dentro del medio artístico como entre el público asistente, de ahí su
lema: "arte contemporáneo al alcance de todos". En el salón, se presentan cada
año obras que pueden ser adquiridas desde precios muy asequibles hasta cifras
millonarias, contando por un lado con el atractivo de obras que recogen las últimas
propuestas en cuanto a técnicas en el ámbito de la obra gráfica, escultura, vídeo e
instalaciones a nivel nacional e internacional, y por otro lado con la presencia de obras
de artistas ya consagrados como Miró, Picasso, Saura, Chillida, Canogar o Luis Feito.


[Imágenes 1 y 2: Obras de Luis
Feito]

Además de la presentación de la obra de más de dos mil artistas en la
muestra, Estampa ha intervenido en la creación de distintos premios de grabado y ha
creado dos colecciones públicas en acuerdo con el Ministerio de Cultura español y la
Comunidad de Madrid. También cabe destacar su intervención en actividades paralelas como
la creación de tres exposiciones organizadas en el Metro de Madrid con fondos de la
colección Estampa de la Comunidad de Madrid y, especialmente, la organización de los
Encuentros "Juana Mordó", una serie de mesas redondas en torno a la gestión
profesional de la mujer en la cultura.
Este año, los debates se centraron en la labor de la mujer en el arte
desde las administraciones públicas, poniendo de relieve los problemas que se plantean en
relación a la adquisición de obras para las colecciones en los museos, la
contraposición de intereses entre exposiciones temporales y la conservación de las
exposiciones permanentes, y el aumento del fenómeno del turismo cultural; también se
trataron los procesos de avance para archivos, bibliotecas y museos mediante las nuevas
tecnologías, todo ello desde la perspectiva de las experiencias y reflexiones de
diferentes mujeres que han conseguido romper la estructura del mundo del arte como lugar
dominado por hombres hasta poder incorporar su propio valor.
Centrándonos ya en la exposición, la visita a la muestra permite
trazar un recorrido a través de algunos de los principales focos de actuación de las
últimas tendencias artísticas: la inclusión de las nuevas tecnologías como referente
de nuevas posibilidades expresivas, la reflexión acerca de las relaciones entre la obra
de arte y el espectador, ya sea a través de la mirada o de su propia participación en la
obra, y fundamentalmente, los diferentes discursos en torno a la identidad.
Estas tres ideas encuentran su lectura a través de las obras
presentadas por las noventa y nueve galerías expositoras junto con los cuatro espacios
organizados por el propio salón, en los que centraremos la atención: Las Tentaciones de
Estampa, Luis Feito, "Siglo XXI. Tercer Milenio", la obra gráfica de Julio,
Joan y Roberta González, y "Los Colores de Marruecos".
Si bien los temas de la identidad aparecen tratados en diversas obras de
la muestra desde el punto de vista de la subjetividad, también están presentes a través
del arte de otras culturas, al reunir en el salón galerías y talleres latinoamericanos,
artistas de otros países de Europa y la producción de grabadores y fotógrafos
marroquíes.
El Pabellón de Marruecos en Estampa presenta la obra de siete pintores
norteafricanos destacando su utilización del color en relación con la luz de sus
ciudades y su lenguaje plástico con toques surrealistas. A partir de los pintores
residentes en Marruecos se nos habla de Asilah como lugar de reunión de artistas e
intelectuales que fomenta su creación de manera independiente de los circuitos
occidentales. Asilah constituye por otro lado una influencia en estos artistas en cuanto a
la luz y el color y sus arquitecturas, como observamos en esta obra de Mouad Yebari.
El otro proyecto del espacio marroquí consta de una serie de
fotografías de tres artistas de MarraKech: Hassan Nadim, Nour-Edinne Tilsaghani y Ali
Chraibi. Sus imágenes de la plaza de Xemaá-el-Fná son intercaladas con textos de Juan
Goytisolo con el fin de reflejar sus realidad ajena al exotismo vertido sobre ella por la
mirada occidental.


[Imágenes 3 y 4: Obras de Ali
Chraibi y Mouad Yebari]

Otro de los espacios creados por Estampa estuvo dedicado a Luis Feito,
que presentó "Siglo XXI Tercer Milenio", continuando el estilo que comenzara en
los años 50, en la línea de la abstracción gestual.
El conjunto se compone de un libro-carpeta con un poema de San Juan de
la Cruz, "Otras de él mismo a lo divino", integrado con seis aguafuertes del
pintor, además de otras cuatro series formadas por veintidós aguafuertes y cuatro
monotipos de 1990.
Todo este trabajo, editado por la galería BAT Alberto Cornejo,
representa el ideario del autor, que reflexiona en torno a los conceptos de arte y
naturaleza y su interrelación a partir de unos viajes a los Picos de Guadarrama y a
China. Luis Feito expresa las experiencias vividas en un lenguaje visual basado en la
abstracción, en la búsqueda de un vocabulario que sea capaz de representar al mismo
tiempo que su propio código esencial su percepción de lo orgánico y la naturaleza.
Como explica Tomás Paredes, estos grabados giran en torno a la idea de
síntesis: "Estos trabajos de Feito se distinguen por su composición de un todo a
través de un código de elementos que simboliza esa identificación entre la naturaleza y
el espíritu que le distingue". En definitiva, los grabados de Feito niegan la
representación para profundizar en un lenguaje sobrio y esencial capaz de plasmar lo
vivido y lo orgánico en composiciones abstractas que utilizan sólo rojo, negro y blanco
en tensión.
El tercer espacio de la organización recoge la obra gráfica de Joan,
Julio y Roberta González. Joan González, nacido en 1868 y muerto cuarenta años
después, trabajó como pintor y ayudó a su hermano Julio a conformar su carrera como
escultor.


[Imágenes 5 y 6: Obras de Julio
González]

Julio González comenzó su carrera como pintor y escultor, aunque será
la segunda actividad a la que se dedicará finalmente a partir de 1929. Lo mejor de su
producción comienza a partir de esta fecha, y serán fundamentales los años de
colaboración con Picasso para ambos artistas.
Los principales valores de su escultura se ven reflejados también en su
obra gráfica; la utilización de diversos puntos de vista, la introducción del espacio
en las figuras, la valoración tanto del trazo como del hueco para investigar sobre el
espacio y la tensión entre sus elementos contrastados, unido a los efectos de la acción
de la luz creando luces y sombras, proporcionan a su obra una fuerte expresividad.
Su obra muestra la construcción de las figuras mediante planos y
volúmenes, compone a partir del vacío, lo rotundo y el claroscuro piezas unitarias con
puntos de vista diferentes.
También forma parte de la muestra la obra de su hija, Roberta
González, cuya pintura se aleja de los intereses anteriores para acercarse a un análisis
de la realidad a partir de su propia experiencia.
Por último encontramos el espacio "Tentaciones", formado por
las propuestas de catorce artistas jóvenes que abarcan las últimas tendencias en el
arte, tanto en contenidos como en formas, de manera que constituyen uno de los elementos
más atractivos de la muestra. Como planteábamos al principio, el punto de referencia
común a varios de estos proyectos es el tratamiento, aunque desde diferentes enfoques, de
la problemática de la identidad.
Rocío Asensi presentó para Estampa la instalación
"Equilibrio", que ahonda en la relación entre lo onírico y lo real, entre lo
vivido y la memoria y el papel fundamental de inconsciente. Para ello la artista reproduce
el mecanismo de la linterna mágica utilizada a finales del siglo XVIII y principios del
XIX aunque de manera más compleja: sobre una cubeta de agua colocada en el suelo se
proyectan una serie de imágenes, recuerdos de viajes, que a su vez se reflejan en las
paredes creando un espacio etéreo que pregunta al espectador por el límite entre lo real
y lo soñado y cómo nuestra subjetividad se configura a partir de los recuerdos, deseos y
experiencias cotidianas, representadas estas últimas por sonidos grabados del entorno
cotidiano de la artista.


[Imágenes 7 y 8: Obras de Rocío
Asensi]

También Ouka Lele remite a los recuerdos, esta vez de la infancia, con
su obra "La casita del Bosque", realizada en colaboración por los tres
hermanos: Gabriel, Patricia y Bárbara. Se trata de una obra tridimensional que conjuga la
pintura y la fotografía para recrear en tono lírico la memoria. De nuevo se recurre a la
participación del espectador en la obra, puesto que cambia nuestra percepción al girar
en torno a ella, descubrimos diferentes facetas y planos de superficies de cristal hasta
vernos reflejados nosotros mismos al intentar descifrar donde se encuentra cada elemento
del bosque.
Por otra parte, Eliana Perinat en su instalación
"Naturótica" reflexiona acerca de las relaciones entre el ser humano y la
naturaleza. Según sus palabras: "la obra surge de la observación de similitudes y
distancias entre el ser humano y la naturaleza", "la naturaleza se percibe como
un lugar distante y casi perdido, separado de nosotros. El motivo de este trabajo son
formas de árboles y piedras que remiten a ese lugar primario y transcendente, orgánico y
espiritual, erótico y tanático, allá donde más somos naturaleza".
En contraposición con las instalaciones anteriores que hablaban de la
subjetividad del individuo, dejamos para el final dos obras que transcienden el interior
para incurrir en las cuestiones del género y de la identidad en lo social.
"Paraíso", de Mónica Rühle, está concebida para proyectar
sobre una gasa tensada en diagonal en el interior de la instalación el mito de Adán y
Eva en una serie de ochenta diapositivas. La artista cuestiona el papel de Eva y su
nacimiento de la costilla de Adán en tono irónico, y reformula su posición y carácter
frente al hombre; ella es fuerte y decidida en esta obra que remite directamente a la
tentación para replantear la identidad masculina y femenina.


[Imágenes 9 y 10: Obras de Mónica
Rühle y Eva Miquel]

Por último citar la propuesta de Eva Miquel para Estampa.
"Escena" consta de un espacio poblado por personajes representados sobre
soportes transparentes que crean una atmósfera que envuelve al espectador al integrarse
entre ellas. Las imágenes componen una apariencia irreal, sacando a los personajes de
todo contexto concreto y deconstruyendo por tanto su identidad y la del público. La obra
guarda cierta relación con las instalaciones del artista francés Christian Boltanski en
"Reflexion", que también juega con la naturaleza de las imágenes para crear
espacios confusos, de manera que explora la naturaleza de la visión en relación con los
soportes y la iluminación para profundizar en la idea de la pérdida de la identidad. Eva
Miquel comparte estas inquietudes, pero se aleja al ampliar esta idea a varios individuos,
personajes que nos devuelven la mirada preguntándonos por nuestra propia presencia.
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BIBLIOGRAFÍA
- BREA, José Luis: Los 90: Cambio de marcha en el arte español. Ed.
Galería Juana Mordó, jornadas de debate de Febrero de 1993.
- BREA, José Luis: El punto ciego. Arte español de los años 90. Ed.
Universidad de Salamanca. IMAGO 1999.
- BOZAL, Valeriano: Arte del siglo XX en España. (1900-1939). Ed. Espasa
Calpe.1995.
- BOZAL, Valeriano: Arte del siglo XX en España. (1939-1990). Ed. Espasa
Calpe.1995.
- CALVO SERRALLER, Francisco: España, medio siglo de arte de
vanguardia:1939-1985. Madrid, 1985.
- VIÑUALES, Jesús: Arte Español del siglo XX. Ed. Encuentro.1998.
Las imágenes que ilustran este artículo han sido extraídas del
CATÁLOGO ESTAMPA 2000.
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