Jorge Volpi: "La novela es una forma de
explorar el mundo" por Anna Solana y Mercedes Serna
Escritor mexicano, forma parte de
la llamada "generación del crack", junto con escritores como Ignacio Padilla.
Nacido en 1968 en la ciudad de México, estudió Derecho y Letras en la Universidad
Nacional Autónoma de México y Filología Hispánica en la Universidad de Salamanca. Es
en dicha ciudad donde hemos podido conversar con él aprovechando la celebración del
XXXII Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana. Jorge Volpi habla
de su pasión por la escritura, por la ciencia, que es el tema fundamental de su último
libro, En busca de Klingsor, con el que ganó el Premio Biblioteca Breve, en
1999. En la última Feria de Frankfurt, Volpi fue el escritor más solicitado en lengua
española. Pese a su juventud, Volpi es autor de las novelas A pesar del oscuro
silencio (1992), Días de ira (1994), La paz de los sepulcros
(1995), El temperamento melancólico (1996), Sanar tu piel amarga
(1997), y del ensayo La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968
(1998).



BB - ¿Escribiste tu último libro En busca de
Klingsor en Salamanca?
JV - La investigación la realicé en México durante
dos años y la redacción fue en Salamanca y duró cerca de tres años.
BB - ¿Fuiste a Alemania para documentarte?
JV - En verano recorrí con un mapa los lugares que
aparecen en la novela
BB - ¿Cómo te surgió la idea?
JV - Desde niño me gustaban los programas de
divulgación científica y quería ser científico físico. Tuve pésimos profesores en la
escuela, en secundaria y en COU y decidí estudiar humanidades, pero siempre lamenté
haber dejado la ciencia. Estudié Derecho y Letras.
BB - ¿Cómo adquiriste seguridad en el tema
científico para escribir tu novela?
JV - No tengo absoluta seguridad científica. Leí
mucha divulgación científica, ensayos y he mantenido conversaciones con algún amigo
físico que tengo en Salamanca. Mi lema era que el lector, sin haber estudiado física,
pudiera comprender las ideas elementales. Conforme han aparecido nuevas ediciones he
recibido nuevas lecturas y comentarios de científicos señalando errores que he ido
subsanando. La última edición incorpora los cambios.
BB - ¿No habría ningún error de bulto?
JV - Había una errata en la primera edición
importante que ya está corregida.
BB - ¿A quien crees que gusta más la novela a
humanistas o a científicos?
JV - Poco a poco he ido conociendo científicos que han
leído la novela. En la comunidad científica de México (en España he tenido menos
contacto) ha provocado reacciones siempre muy apasionadas y diversas. Algunos
contentísimos, otros furiosos del tratamiento dado a lo científico. Reacciones muy
diversas que me gustan en el sentido que mi novela no ha dejado indiferentes a los
científicos. Creo que los lectores comunes son los que más han disfrutado la novela,
más que científicos o humanistas.
BB - ¿Por qué has elegido la época nazi?
JV - Al principio de mi investigación no sabía en
qué época iba a ocurrir la novela. Luego vi que había una época muy rica en
investigación científica, un periodo de la ciencia fabuloso que era la física cuántica
cuando el azar se convierte en parte del instrumento conceptual de la ciencia y que
coincidía con un momento particularmente incierto y fascinante de la historia del siglo
XX, primera y segunda Guerra Mundial y el régimen nazi. Al ver esta coincidencia un buen
día me di cuenta de que era muy novelable y que te permitía hablar sobre los temas de
ciencia que quería involucrando además cuestiones sobre el poder y sobre el mal.
BB - ¿Crees como Borges que toda la metafísica es una
rama de la literatura fantástica?
JV - Borges está muy detrás de los temas de mi
novela. Siempre me ha fascinado él y su idea de convertir la filosofía, la ciencia o el
psicoanálisis en una rama de la literatura fantástica.
BB - ¿De toda tu producción literaria, esta novela
para ti representa un salto cualitativo?
JV - Yo creo que sí, que marca una evolución. Creo
que es un camino y esta es la novela que más me gusta, la que mejor reúne algunas de las
cosas que me interesan. En las anteriores había muchos pasos que apuntaban a esta novela
como el camino de búsqueda.
BB - ¿Crees que te quedan muchas cosas por explicar?
JV - Me quedan más que cosas por explicar, cosas por
entender. Para mí la novela es una forma de explorar el mundo, partes de la condición
humana que son secretas y que quiero, deseo, poder explicar. Es un camino de búsqueda.
BB - ¿Te consideras más lector que escritor?
JV - Me siento más investigador que escritor. La
novela forma una parte de investigación de la realidad.
BB - ¿Crees en un compromiso en la literatura?
JV - Sí y no. Es una pregunta complicada. Tengo una
postura ética. La propia novela En busca de Klingsor es una reflexión ética sobre
muchos puntos de la ciencia y creo que esos mismos se pueden aplicar, al mismo tiempo, al
quehacer literario. Para mí existe ese compromiso ético con la novela entendida como una
investigación personal que trata de encontrar algunas soluciones y ofrecerlas a los
lectores de investigar a través de la ficción que esa es la naturaleza esencial de la
novela. No quiero decir con ello que la novela tenga que investigar grandes temas. Uno
puede investigar simplemente la mente o el corazón humano a través de una novela y eso
sería suficiente, pero creo que hay muchas otras novelas que no lo buscan y eso es cuando
creo que el compromiso del escritor con la literatura se pierde en aras de muchas otras
cosas que rodean a la literatura.
BB - Te sientes identificado como individuo y como
grupo con la que se ha llamado "generación del crack" como una forma de
diferenciaros de la también etiqueta del "boom"? Tomáis una posición social,
estética, política, como grupo literario?
JV - Aparte de la amistad, sólo nos une la estética.
Las posiciones políticas de cada uno son muy distintas: desde quién se siente muy
cercano al centro derecha católico, que no soy yo, hasta el que se siente más cercano a
la izquierda o al partido del poder. Para algunos escritores el compromiso con la sociedad
y la crítica del poder es parte del quehacer del escritor y a mí me parece importante y
trato de serlo en el caso mexicano.
BB - ¿Ha sido objeto de crítica por algunos sectores
el que tu novela transcurra en Europa y no parezca tener nada que ver con tu país o con
América Latina?
JV - Esta batalla entre lo nacional y lo universal
comenzó con la conquista de América Latina y persiste hoy en día. Ha habido críticos
mexicanos que han dicho: "ya no consideramos a Volpi y a Padilla escritores mexicanos
porque no escriben sobre México". Un escritor debería poder escribir sobre lo que
quisiera sin que ello tuviera que llamar la atención de una manera tan importante. Yo
desde luego que me siento mexicano y mis puntos de vista son mexicanos a pesar de que en
mi novela no haya una sola referencia a México. La novela, aunque trata de responder a
algunas tradiciones literarias, está enmarcada dentro de la tradición de la novela
mexicana pero esto no debiera ser motivo de una polémica que me parecía acabada entre lo
nacional y lo universal y que parece que está renaciendo no sólo en México sino
también en los EEUU. En España muchos de los elogios y críticas han sido al respecto de
este tema, es decir, un mexicano escribiendo una novela universal. Todo esto no es más
que una simplificación. Como si el tema determinara la calidad de la obra. Entiendo que
todo esto ha ocurrido porque dos novelas muy cercanas han obtenido un reconocimiento y
ninguna de las dos sucede en México. Y nadie tiene porqué saber que las otras 5 novelas
que he escrito anteriormente ocurren en México, o que le dediqué un ensayo al 78
mexicano, y que México es parte central de mis preocupaciones, pero no de esta novela. En
esta historia que quería contar hubiera sido inverosímil incorporar un personaje
mexicano.
BB - ¿Te ha abrumado todo esto que ha pasado después
del premio?
JV - Bueno, claro, me abruma en ciertos momentos. Antes
estaba más acostumbrado a disponer de mi tiempo de otra manera. El tiempo de vida en
Salamanca era tranquilo, yo podía escribir y tardarme lo que fuera. Ahora no, ahora tengo
que estar un poco robando el tiempo para poder escribir, escapando a los compromisos o
asistiendo a ellos.
BB - ¿Sientes presiones de alguna editorial?
JV - No porque afortunadamente he encontrado a un
editor que sólo le interesa la literatura.
BB - ¿Por qué has asistido a este congreso de
literatura iberoamericana que se celebra en Salamanca?
JV - Yo tenía muchas ganas de venir al congreso por
volver a Salamanca, porque el tema me gusta, porque quien lo organiza es mi directora de
tesis. Tengo una relación muy cercana con la ciudad. Yo hubiera estado aquí aún sin
recibir el premio.
BB - ¿Cuál es el tema de tu tesis?
JV - Trata sobre los intelectuales mexicanos y el
movimiento zapatista.
BB - ¿Vas a menudo a Congresos?
JV - A congresos académicos no he ido mucho.
Conferencias en Universidades lo he hecho bastante. Me gusta mucho dar clases. De la parte
de la academia lo que me gusta es dar clases, me encanta. He impartido docencia en México
y luego en EEUU. Lo prefiero a la vida académica y a la crítica literaria.
BB - ¿Te da la impresión de que a la gente le
aprovecha este tipo de actividades culturales?
JV - Bueno, viene todo tipo de gente, algunos a
lucirse, otros a hacer relaciones sociales, por turismo académico, para oír ciertas
cosas, etc.
BB - ¿Cuáles son tus escritores preferidos?
JV - Dostoievski, Thomas Mann.
BB - ¿Y en el ámbito hispanoamericano?
JV - Particularmente tres escritores: Salvador
Elizondo, Juan García Ponce y Sergio Pitol. Por supuesto también Carlos Fuentes, Vargas
Llosa, los escritores del "Boom", Borges, etc.
BB - ¿Tú crees que ellos han vivido la presión de
tener que seguir con los cánones de lo que era el realismo mágico?
JV - El realismo mágico fue la gran innovación de la
literatura hispanoamericana. Pero eso ha provocado que una gran cantidad de escritores
crean que es un modelo reconocido y únicamente se dedican a repetirlo y a variarlo y a
llevarlo a un manierismo pernicioso. Hay, además, un público que trata de seguirlo.
BB - ¿Qué opinas sobre el ensayo de Varanini?
JV - Varanini llega a atacar directamente a Gabriel
García Márquez y a mí me parece García Márquez absolutamente congruente en toda su
trayectoria. Por otro lado ni Fuentes ni Vargas Llosa escriben realismo mágico ni lo han
escrito nunca.
BB - Crees que México aún es, como señaló Octavio
Paz, "laberinto de soledades"?
JV - El modelo de Octavio Paz en alguna medida sigue
siendo vigente aunque haría falta una reactualización porque él hablaba de los años
cincuenta y han pasado otros tantos. México ha ido cambiando, pese a que algunas
estructuras o esencias permanecen como la pirámide del poder vertical o el carácter del
mexicano que nunca es directo, siempre cortés, pero hay una evolución política y social
que precisa de nuevos análisis.
BB - ¿Qué planes tienes de futuro?
JV - Mi idea es pasar los siguientes cinco meses en
México impartiendo clases y luego dirigirme a Barcelona.
BB - ¿Qué opinas de la literatura feminista?
JV - Es un tema complicado. Yo como lector me da igual
que lo que leo esté escrito por un hombre, por una mujer, por un gay o heterosexual en
tanto sea bueno. A la hora de hacer sociología de la literatura entonces sí hay que ver
si las mujeres no han estado más condicionadas o sí lo han tenido más difícil, etc.
Pero todo esto es sociología de la literatura, no literatura.
BB - ¿Has escrito alguna vez poesía?
JV - No, nunca he escrito poesía. Quizás es el
género que más me gusta y leo mucha poesía. Pero nunca he escrito poesía.
BB - ¿Tienes alguna idea para la nueva novela?
JV - Sí, básicamente ya la tengo estructurada. Espero
irme a México para empezar a escribir.
Volpi se resiste a hablar del argumento de su próximo libro alegando
razones de superstición. Pero sí confiesa que tiene el proyecto de vivir una parte del
año en curso en México para escribir e impartir clases y a comienzos del 2001
trasladarse a Barcelona. Barcelona parece que sigue siendo "ciudad musa" pues
cuenta con una larga tradición de escritores hispanoamericanos que se han inspirado y han
vivido en dicha ciudad. La sombra de Carlos Barral es alargada.
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Texto, Copyright © 2000 Anna Solana,
Mercedes Serna. Todos los derechos reservados. |
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Entrevista realizada en Salamanca, España,
el 26 de junio de 2000. |
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