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Pájaros de América, de Lorrie Moore por
Albert García Elena
Si Erica Jong desveló, durante
los años 70, en Fear of Flying, el miedo de las mujeres de su generación a
desempolvar sus alas y empezar a volar por encima de la zona de exclusión decretada por
el canon masculino, Lorrie Moore consigue en Birds of America aterrizar con
éxito en el patatal de la realidad más allá de los sueños de una generación que,
probablemente, nunca existió. Los doce cuentos que componen el libro son una mirada a
vista de pájaro de los problemas de una sociedad que ha muerto de éxito al no tener en
cuenta el precio del factor humano durante demasiados años. Haciendo un intento de
literatura comparada, Moore hace lo mismo que Linn Ullmann en su primera novela (Antes
de que te duermas, 1999): preguntarse si el vuelo ha valido la pena. Pero además de
una diferente estructura narrativa, el balance es claramente diferente en ambos libros: en
Ullmann, a pesar de todo, a pesar de las infidelidades conyugales y las mentiras que
parecen asolar los miembros de una familia, la idea final es que todo eso es la salsa, el
caldo primigenio del que una familia tiene que alimentarse si aspira a sobrevivir. No
exenta de profunda crítica e ironía (al fin y al cabo Ullmann es la hija de Ingmar
Bergman), Antes de que duermas es la afirmación de la victoria de un grupo de
mujeres sobre el papel que se les había asignado. En cambio, Moore parece darse por
vencida y aceptar que no hay nada que hacer. Sus relatos nos hablan de la problemática
generacional, de la necesidad de matar a la madre para poder afirmarse, del vacío que
supone el matrimonio para las mujeres que han tenido éxito profesional, de la crisis de
los cuarenta, del largo camino de aceptación de la soledad en una sociedad que
curiosamente rinde culto al individuo por encima de los valores familiares protestantes.
Hasta aquí, por lo tanto, nada nuevo. El libro sigue siendo un guiño a la cultura
Norteamericana; el síndrome Budweiser; la sensación tan común en las obras de
Paul Auster, de que, a pesar de todo, la vida allí es casi fácil. Cualquiera
que haya estado en los Estados Unidos o Canadá sabe de lo que hablo: ¿Que necesitas un
coche? Vas y al cabo de veinte minutos vuelves con uno. ¿Que buscas casa? En una mañana
has visto treinta y te quedas con la que tiene el porche más amplio. Todo parece ser una
ganga. Todo parece estar en venta. Por eso, desde el punto de vista europeo, el libro es
un pequeño repertorio de Reductios at hitlerum individuales: Al leerlo nos
invade la sensación de que los problemas que sufren sus personajes no podrían pasar en
Europa; la sensación de que aquí todo es más difícil y, por tanto, estamos demasiado
curtidos ante las adversidades como para poder desmoronarnos cuando llega la tormenta.
Desde un punto de vista técnico, el libro es impecable. Moore domina
perfectamente los flash-backs y los utiliza en la introducción de los relatos para evitar
caer in media res en la narración. Sabe cómo acabar los párrafos con estocadas
psicológicas de gran maestría. Sin duda Moore se ha paseado por más de un workshop
literario y es plenamente consciente de las herramientas del relato corto. Con una
focalización claramente femenina no quiero meterme en berenjenales aquí sobre lo
que significa aquí "femenino (a Judith Butler y su Bodies that matter me
remito), Moore consigue entrelazar los relatos hasta hacernos tener la impresión de
que más allá de las peculiaridades de los protagonistas principales, es la Primera Eva,
una Primera Eva postmoderna quien nos habla en ellos; muchos de los párrafos de
monólogo interior podrían ser fácilmente intercambiables de un relato a otro, con una
calidad muy por encima de otros experimentos literarios (pienso ahora en El Diario de
Bridget Jones). A años luz, diría yo. La mayoría de relatos acaban lánguidamente,
casi con el truco consistente en que no hay truco; son esos cabos sueltos finales los que
dan sentido a la narración porque, como toda literatura cuyo tema es la búsqueda del
amor y la lucha contra la soledad, no hay núcleo psicológico; la trama es tan clara como
irrelevante. Lo que queda en los márgenes del camino es lo que importa.
Pues bien, si los relatos de Moore tienen muchas virtudes, todas ellas
parecen converger de modo magistral en el cuento Gente así es la única que hay por
aquí: farfullar canónico en oncología pediátrica. Una narración conmovedora, perfecta,
y con punch-line "subfinal" incluido. Una auténtica maravilla. Iba a decir
"imprescindible", pero eso me suena demasiado a campaña de promoción. Si
habéis disfrutado leyendo aquel memorable cuento de Carver, The bath, no podéis
dejar de leer éste.
A pesar de todo, Moore está todavía lejos de ser la heredera natural
de Carver, como parece que se la ha calificado en algunos medios. Moore dista mucho de la
frialdad de fondo y la concisión cirujana de Carver, aunque es evidente que con unas
cuantas horas más de vuelo podría aterrizar en ese territorio con el aplauso unánime de
la tripulación.
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Pájaros de América. Lorrie Moore. Emecé, Barcelona, 2000.
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Texto, Copyright © 2000 Albert García
Elena. Todos los derechos reservados. |
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