La muerte del coral por
Santiago Aguaded Landero
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Te acostumbraste a mí:
a las ruinas con que cubrí tus sábanas
al humo de las mentiras de mi cuerpo.
Te acostumbraste a mí:
a mi manera de hablar afilada
como se acostumbran los enfermos
a la cotidianidad del dolor crónico.
Te acostumbraste a mí:
no te atreves a clausurar las heridas
y que se esfume el cuchillo de la esperanza.
* * *
A Federico G. L.
1
Tu no podrás quejarte si no soy lo que buscas.
Lo advertimos en la primera noche de cieno
cuando la aurora nos despertó con su llanto
y el nuevo día trajo la escarcha del coral.
2
Yo no podré quejarme si no encuentro lo que busco.
Me protegí con las cadenas del pasado
y los días no son nuevos: paisajes desnudos
y el barco listo para el naufragio de sangre.
* * *
Si te hablo de mi dolor
o de serpientes
si te hablo de revolución.
Si te hablo de la ciencia
o del poder
si hablo de la belleza del coral.
Aunque te hable del viento
o de la muerte.
Siempre te estaré hablando de amor.
* * *
TIEMPOS DE CARENCIA
En este tiempo he de trabajar a escondidas
contigo, en el laboratorio de los domingos,
en el que tú me ofreces tu desnuda ayuda
y vamos a los acantilados de la vida
a por la rara materia mineral y la sal
necesaria para construir las palabras:
mar, química, muerte y coral.
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Texto, Copyright © 2000 Santiago Aguaded
Landero. Todos los derechos reservados. |
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