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Nuevas estrategias para combatir la malaria por
Almudena Crooke
La malaria es una enfermedad
producida, en humanos, por cuatro especies de parásitos del género Plasmodium: P.
falciparum, P. vivax, P. ovale y P. malariae, siendo la
forma más severa la causada por P. falciparum. Este parásito, se transmite al
hombre por la picadura de mosquitos del género Anopheles. El ciclo biológico
comienza con la picadura de un mosquito hembra al hospedador (el hombre), que inocula los
esporozoitos de Plasmodium en la saliva. A continuación, pasan a las células
hepáticas donde se diferencian en esquizontes que a su vez producen merozoitos los
cuales, a los 6 ó 9 días de la inoculación penetran en los eritrocitos donde van a
diferenciarse hasta destruir el eritrocito. Al tiempo, algunos de los merozoitos
eritrocíticos, se convierten antes en gamontes masculinos y femeninos que continuarán su
ciclo cuando otro mosquito vuelva a picar al hospedador, de forma que estos llegarán al
intestino del mosquito donde se convierten en gametos sexualmente diferenciados. En el
caso de gamontes masculinos por cada uno se forman 4 u 8 gametos masculinos, que
fecundarán a los femeninos dando lugar a un zigote ovoide acintado (oocineto), que
penetra en el interior de las células epiteliales del intestino del mosquito donde el
núcleo sufre meiosis, se rodea de una fina capa de células del hospedador dando el
ooquiste en el que se desarrollaran los esporozoitos que rompen el quiste y por la
hemolinfa alcanzan las glándulas salivares del mosquito donde quedan preparados para ser
inoculados al hombre con una picadura.


Observación al microscopio de sangre de un enfermo de
paludismo mostrando una infección multiple de los eritrocitos por Plasmodium falciparum
en fase de anillo (trofozoitos).

Mediante este complejo ciclo biológico, la malaria es responsable de
100 millones de casos clínicos y de 1 a 2 millones de muertos cada año. Se produce
principalmente en los habitantes de los trópicos, donde por su añadido bajo poder
económico (que impide llevar a cabo canalizaciones y otras obras que acabarían con las
aguas estancadas) y por condiciones ambientales (como las temperaturas entre 20 y 30ºC,
la humedad, etc.) se convierten en un ambiente ideal para el desarrollo del mosquito. Pero
hay una serie de razones, como el cambio climático que se esta produciendo en el mundo y
la tendencia a viajar cada vez mas a estos paises que convierten la malaria en un problema
que amenaza con dispersarse a otros lugares en los que se había erradicado la malaria.
Por ello se han venido desarrollando medidas de control de la enfermedad, que iban
dirigidas a eliminar el vector o a eliminar el parásito, basado casi exclusivamente en
insecticidas y agentes quimioterápicos respectivamente. El problema del uso continuado de
estas sustancias ha provocado la aparición de resistencias frente a ellos, por lo que no
son totalmente útiles para el control de la malaria. Ante esto cabe plantearse nuevas
formas para llevar a cabo ese control, que coincide con el desarrollo de herramientas de
biología molecular como es el proyecto genoma de P. falciparum que comenzó hace
dos años, y que en la actualidad ha alcanzado las secuencias completas de los cromosomas
2 y 3 de los 14 que tiene el parásito. Los cromosomas y genes de Plasmodium
presentan alta frecuencia de regiones con secuencias ricas en A+T que facilitan la
recombinación entre ellas y son responsables de la altísima variabilidad antigénica de
este parásito lo que a su vez explica que las vacunas desarrolladas frente a la malaria
no sean totalmente eficaces: el parásito "escapa" a la respuesta inmune de las
vacunas porque reordena las secuencias de proteínas que son reconocidas por anticuerpos
neutralizantes producidos por la inoculación vacunal. Es por esto por lo que se han
buscado nuevas formas para controlar la malaria. Así, se han comenzado a hacer los
llamados "knock-out" o interrupción de genes. Esta técnica consiste en
interrumpir un determinado gen, con el fin de que no se pueda expresar y de esta forma se
puede estudiar directamente la importancia que tiene un gen determinado para la biología
del Plasmodium. Esta estrategia permitirá encontrar nuevas dianas terapéuticas.


Esquema del sistema de interrupción de genes (knock-out)
mediante recombinación homóloga.

Los genes objeto de estudio que se van a interrumpir, deben tener baja
variabilidad (para en caso de que sean diana terapéutica no tengan el mismo problema que
las vacunas contra las proteínas de la superficie del parásito) y que no sean homólogos
a los genes humanos (para que cualquier tratamiento específico no afecte también al gen
humano). El gen en cuestión es interrumpido haciendo un vector de ADN que presenta dicho
gen, que obtenemos por la técnica del PCR ó Reacción en Cadena de la Polimerasa a
partir de ADN extraído del parásito, y un marcador de selección introducido en el medio
de este gen obtenido por PCR. Este vector se introduce en el parásito por
electroporación y dentro del mismo, por recombinación homóloga, el gen original del
cromosoma es sustituido por el gen del vector que está interrumpido por ese marcador de
selección. En el caso de los knock-out de Plasmodium se usa un marcador que confiere
resistencia a pirimetamina, de forma que en un medio de cultivo con piremetamina sólo
sobrevivirán los parásitos que tengan el gen interrumpido.
En el laboratorio, la ingeniería genética y la modificación de la
dotación genómica de organismos servirá, en general, para dar un paso más en la lucha
contra las dolencias endémicas infecciosas, y en particular para combatir la enfermedad
de mayor incidencia en los países más pobres del planeta: la malaria.
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Texto, Copyright © 2000 Almudena Crooke.
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