El paraíso políglota (Entrevista con Juan Ramón
Lodares) por Armando G. Tejeda
El filólogo español Juan Ramón
Lodares mantiene que la historia de nuestra lengua no es cuestión de imposición de
poderes fácticos. El ensayo de Lodares, "El paraíso políglota, Historia de lenguas
en la España moderna contadas sin prejuicios", editado por Taurus, "relata una
historia muy sencilla: la difusión de la lengua española no es un cuento de leyes que lo
prohiben todo".
Para el escritor español Francisco Umbral, Lodares "ve el
nacionalismo lingüístico ligado a un paisaje, a una tierruca o terriña, a una
sentimentalidad familiar que, al volverse belicosa, llega al fascismo... El autor nos
recuerda que en la postguerra, no pocos catalanes de prestigio intelectual o político
participaron gustosos en la represión del catalán en Barcelona, explicitando por otra
parte el favoritismo de la alta burguesía hacia el castellano, que era para ellos la
lengua de los negocios, y además la lengua ganadora".
Lodares, nacido en Madrid en 1959, es Doctor en Filología Hispánica y
profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Su línea de investigación ha sido
precisamente la historia del español, en la que destaca un libro escrito en colaboración
con el académico Gregorio Salvador, Historia de las letras, en el que se cuentan las
peripecias de cada uno de los veintisiete componentes de nuestro alfabeto. Juan Ramón
Lodares explicó a BABAB sus conclusiones sobre el calificado irónicamente "paraíso
políglota" de España.
ARMANDO G. TEJEDA - España no es pues un
"paraíso políglota"...
JUAN RAMÓN LODARES - Mi libro relata una historia muy
sencilla: la difusión de la lengua española no es un cuento de leyes que lo prohiben
todo. Es una historia de desarrollo material y económico, se unificó la moneda, se
trazaron carreteras, líneas de ferrocarril, telégrafos, hubo gente que salió de su
pueblo con más facilidad que antes, se comunicó con otra
y así se facilitó la
confluencia lingüística. Mi libro podría haberse llamado también Historias de
perogrullo.
Las leyes que se dan para el aprendizaje del español y del latín en la
época de Carlos III porque entonces se aprendía a la vez-, afectan a muy pocas
personas, por ejemplo. Probablemente al 0,3% de los españoles y muchas veces se
interpreta mal porque cuando se aprueba la ley de Carlos III que dice que los niños
aprendan castellano no están aprendiendo nada porque esas leyes van para una minoría que
no afecta en nada a la población. En España no ha habido una política educativa para
que la gente se alfabetice. De hecho, España ha sido el país con más analfabetos a
fines del XIX y en las postrimerías de la dictadura de Franco; cuando España cuenta con
los mismos analfabetos que Portugal y Grecia. Esa idea que existe de que Franco borró
todo y quiso uniformar a la gente en español; no es verdad.
Franco continuó una línea típica de despreocupación. Sí, es verdad
que se gastó mas dinero en educación pública pero había más interés por adoctrinar a
la gente, por enseñarle los principios del régimen que por enseñarle español. En los
años 30 se aprendía español con la gramática de la Academia pero como en los años 40
tuvo muchos problemas para salir porque se quemaron los fondos en bombardeos; esto al
régimen parece que no le importó mucho; pues con la gramática española sólo se
enseñaba gramática y no las "glorias de la patria".
AT - ¿Esta idea de que la España Imperial propugna
también por una lengua Imperial no es del todo cierta?
JL - La España Imperial nunca tuvo una lengua
imperial, ni oficial, ni nada parecido. Los Austrias gobernaron un Imperio verdaderamente
plurilingüe. Pero entonces estos asuntos de las lenguas apenas tenían relevancia
política. Lo prioritario era entenderse. Y la diplomacia hablaba latín.
El único caso de asimilación lingüística (cultural, religiosa) en
que se empeñaron los Austrias fue con los musulmanes. Y lo consiguieron; porque a los
recalcitrantes se les expulsó. ¿Han considerado que si el árabe hubiera corrido en
España la misma suerte que el catalán hoy lo superaría en número de hablantes? Esto
debe hacernos reflexionar sobre lo poderosas que podían llegar a ser las políticas
asimiladoras cuando se aplicaban con resolución y violencia.
AT - ¿Los nacionalistas catalanes mantienen, en todo
caso, tesis diametralmente opuestas a la que usted acaba de razonar?
JL - Sí, pero yo no lo acabo de creer. No se puede
negar que hubo muchos catalanohablantes que aceptaron con gusto el régimen franquista y
colaboraron con él para callar el catalán. Para esa sociedad empresarial catalana,
Franco era como su salvador y todos los símbolos del franquismo les parecían estupendos,
incluida la lengua. Ellos mismos aceptaron esa identificación con la lengua española que
era su lengua. Los nacionalistas quieren confundir con lo de que la lengua de Cataluña es
el catalán pero no, es el español.
En la época de la dictadura, todo se castellanizó, incluso el latín
se castellanizó. Todo lo que no fuera español era sospechoso. La represión franquista
sobre el catalán estaba cantada, se "aceptó" como una de las formas afectas a
ese régimen. No se puede negar la represión como hacen historiadores catalanes, es
cierto e innegable, pero hay que explicarlo.
La mayoría de los españoles considera que ha habido un trato injusto y
vejatorio para las lenguas minoritarias, debido a la intromisión castellanista. Aunque la
realidad sea otra, aunque la comunidad lingüística se haya conseguido, esencialmente,
por necesidad e interés. Aunque muchos vascos no hayan hablado nunca ninguna de las
variedades del euskera porque en sus pueblos se dejaron de hablar en el siglo XIII (si no
antes), o porque en ellos se gestó el castellano viejo. Aunque el gallego en Galicia
fuera algo propio de la gente de las aldeas, digno de no olvidar para el género
urbano
Pues bien, a pesar de todo esto, el mito de la denominación castellana
subsiste y se le buscan, sin demasiada propiedad, antecedentes en Felipe V o en Carlos III
y consecuentes en Franco.
AT - Usted recuerda que el español no se hace oficial
hasta la República de Manuel Azaña.
JL - El español con Azaña no era lengua oficial, sino
que era la lengua general por lo que contaba con leyes que la favorecían pero que no la
imponían. En 1931 el catalán y el vasco quieren ocupar un terreno oficial que no han
tenido nunca y no hay mas remedio que declarar la oficialidad de todas lenguas. No es
declaración oficial del español sino de todas, por la presión de catalanes y vascos.
Fue una medida muy demagógica. Los republicanos dijeron que como lengua estaba repartida
por toda España nadie tenía por qué estudiarla a no ser que le interesara (me refiero a
la catalana o vasca). El español no podía olvidarse porque estaba distribuida por toda
España. Es decir, está claro que donde los catalanes ponen un hablante, el español pone
cien. Los partidos políticos de ámbito nacional no han sabido tratar ese problema y los
políticos que podían haber dicho algo no han hecho caso y se han plegado a los gustos de
los nacionalistas. Las defensas debían haber sido en las líneas republicanas del 31.
AT - En el País Vasco usted ve cierto
"fascismo" lingüístico en las políticas de los nacionalistas.
JL - Hay una parte del nacionalismo vasco basado en
tesis maoístas, que pugnan por la dictadura del proletariado, mientras que el del Partido
Nacionalista Vasco es un nacionalismo de la burguesía. Ahora parece que van juntitos
porque quieren separarse de España pero cuando se hayan separado, no sé cómo se van a
entender las políticas lingüísticas que aplican con criterios de tipo nacional racista.
Dicen que la lengua propia del País Vasco es el euskera, pues no. Eso es lo que en la
teoría nacional racista se llama la unidad popular de patria-, un territorio donde todo
el mundo es igual, hablan lo mismo, tienen la misma raza y opinión y el que venga de
fuera molesta, eso es peligroso.
AT - ¿Qué futuro vislumbra en cuanto a la
asimilación de este tipo de políticas lingüísticas?
JL - Yo no hago previsiones al futuro, pero sí
llamadas de atención a la responsabilidad. Si lo que quieren es la difusión popular de
esas lenguas deben tener en cuenta que no hay más remedio que borrar la representación
del español porque si no el español seguirá entrando a raudales y donde entra un clavo
no cabe otro.
Olvidamos con facilidad las corrientes económicas donde flotan las
lenguas. Pero suelen ser las que deciden su suerte. ¿Por qué cree usted que los
productores de Hollywood no traen películas dobladas al catalán? ¿Porque le tienen
manía? ¿O porque consideran que el público catalán puede verlas, igualmente en
español? En Hollywood saben que si llevas cinturón puedes ahorrarte los tirantes.
La "riqueza" cultural hay que pagarla. Por ejemplo, en el año
1995 la cadena pública BBC le costaba al contribuyente británico 34 mil millones de
pesetas. La BBC difunde programas en inglés por todo el mundo. Ese mismo año, las
cadenas autonómicas de TV le costaban al contribuyente español 65 mil millones de
pesetas. Según tengo entendido, la televisión que emite en euskera se financia con 14
mil millones de pesetas para audiencias anuales que escasamente superan el millón de
personas. Un libro le cuesta al editor en España un tercio más de euros de lo que le
costaría en Francia, Alemania, Italia o Gran Bretaña, porque aquí el editor tiene que
hacer cinco ediciones del mismo texto, dado que nuestra "riqueza" cultural y
lingüística impide que el libro de Murcia sirva para Alicante. Ni entro, ni salgo, en si
tales gastos son imprescindibles, sólo digo que el camino del plurilingüismo es caro.
Dentro de varias generaciones es algo que los catalanes tendrán que reclamárselo a los
políticos nacionalistas. Un problema es que quieren dirigir por ley la planificación de
la sociedad y esto no se puede hacer. Es posible que en dos generaciones nos vamos a
encontrar con gente que no sabe hablar bien ni catalán ni español, que serán
semilingües. Y el catalán va a ser un idioma que sólo sabrán hablar en las clases
bajas. Eso no va a ser bueno para Cataluña.
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Texto, Copyright © 2000 Armando G. Tejeda.
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