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Ricardo Santonja: la realidad invisible

por Ana Vázquez y Eva María Contreras

Es el primer fotógrafo que ha entrado a formar parte de la Asociación de Artistas Plásticos de Madrid. Es miembro de la VEGAP (Visual, Entidad de Gestión de los Artistas Plásticos), donde ha estado a punto de ser el representante de todos los fotógrafos ante dicha entidad (tuvo un voto de diferencia con el prestigioso Fontcuberta). La calidad de su obra es ya tan reconocida que fue elegido para formar parte de la exposición colectiva sobre los maestros del siglo XX, presentada en el Reina Sofía e integrada por obras de artistas de la talla de Picasso, Miró, Ouka Lele o Canogar.

Ricardo Santonja ha conseguido gracias a su trabajo, sus investigaciones y su inquietud por encontrar nuevos caminos expresivos, que su carrera apunte ya hacia lo más alto. Por ello, Babab se enorgullece de contar con sus palabras y una muestra de su obra en nuestro número cero.

 

Es un fotógrafo completo. Cultiva prácticamente todas las ramas de la fotografía e incluso dedica tiempo a la enseñanza. Sin embargo, lo que más le interesa es la investigación, la búsqueda de nuevas formas de expresión artística.

Su obra más personal se aleja de la fotografía al uso, de la figuración. Y esa búsqueda expresiva es lo que le ha llevado a ser hoy día miembro de la Asociación de Artistas Plásticos de Madrid.

Soy el único fotógrafo que hay. Nunca se lo habían planteado. Alberto Corazón fue la persona que me incitó a meterme, el que me dio paso, porque hasta ese momento los artistas plásticos no se veían muy relacionados con la fotografía (yo tampoco). No querían que hubiera allí un reflejo de la fotografía a la que estamos acostumbrados, la de reportaje. La consideraban como un arte de segundo grado.

Santonja es considerado ahora un "artista plástico", la fotografía para él es una técnica expresiva que utiliza separándose de la tradición puramente figurativa y testimonial que ha imperado en la historia de este arte.

Digamos que la evolución de la fotografía aunque parece que ha sido muy rápida ha sido muy lenta. Es verdad que lleva existiendo muy pocos años, y la pintura lleva desde el hombre primitivo. Pero podía haber sido más intuitiva, creo que al final seguimos siendo retratistas del XIX. Nos reducimos al papel que han perdido los pintores del "retráteme con mi niña". Además, la gente ve aún con mucha más facilidad un cuadro de Velázquez que un cuadro de Tapies, y ve con más facilidad una foto de Salgado que una obra complicada de la época de la Bauhaus o de Man Ray. Los objetos de Man Ray, está claro que son más complicados que un Velázquez.

Ha participado en las dos últimas ediciones de Estampa. La primera vez, vendió una obra al Museo Municipal de Madrid y dos a la Comunidad de Madrid. En la última edición ha vendido a particulares. La venta de las obras fotográficas es otro tema que le preocupa, sobre todo desde que expuso por primera vez como miembro de la Asociación de Artistas Plásticos.

Cuando llegó el tasador del seguro tasó mi obra en 500.000 pesetas, y eso causó el asombro de todos. Veo que la fotografía se tasa con bastante dinero. Hay todavía muchos vacíos y muchas dudas. ¿Qué hay que hacer? ¿Seriar la fotografía, ser pieza única, infinita...?

Ayer me entrevisté con Arnau, de "La Fábrica". Me comentaba que para él la fotografía es otro soporte diferente. Para él lo importante es la imagen, que puede estar en una revista o en un papel firmado por el autor. Con esto a nivel de coleccionista hay grandes problemas, porque si haces un millón de copias y cada una vale cien mil, al final cuesta igual que un Tapies. Según Arnau, por supuesto una foto tiene tanto valor como un Tapies. ¿Por qué una fotografía no va a poder costar miles de millones? Cada uno tiene su criterio, y los coleccionistas tienen el suyo, y si tu le vendes una obra que tiene cinco mil de tirada no tiene lógica, la tienen en todas las casas. El coleccionista debe tener algo que decir en todo esto. Es bastante complicado. Hay que hacer más teoría sobre la fotografía.

Aquella obra que presentó ya como miembro de la Asociación era su primera fotolámpara, algo sobre lo que siguió trabajando hasta su exposición en la última edición de Estampa.



[Fotolámpara Jaime (dedicada al pintor Jaime Sánchez]

Las fotolámparas eran una investigación para crear un espacio nuevo dentro de la fotografía. Al menos para mí era nuevo, y para la gente que lo ha visto hasta ahora. Creo que no lo ha hecho nadie. Se trata de una fotografía iluminada por atrás, con forma oval. Normalmente estamos acostumbrados a la caja de luz, que sí lo conocemos todos. Pero se trataba de destruir ese formato, que fuera una especie de ciclo, y hecho con una foto en vez de una pintura.

Fue una idea mía y del que me revelaba las fotos. Hicimos unas imágenes que luego se han visto en "Zara" y en sitios así, a nivel comercial. Pero así me interesa menos, porque yo creo que no está estudiado para eso, con una foto normal de una chica, sino para crear una sensación. Le pusimos el nombre de fotolámpara pensando en que fuera un acompañamiento de las casas, cuando no se quieren iluminar mucho. Era bastante estético.

Esta vez, en Estampa, presentó una instalación consistente en una habitación en la que había tres fotolámparas. La llamó la Stanza Sicilia.



[Stanza Sicilia]

Hice un viaje a Sicilia del que surgieron un montón de fotos. Pero hay que pensar cuántas fotos se pueden poner en una exposición. Ves exposiciones con doscientas fotos que son prácticamente lo mismo. No hay que ser tan pretencioso, hay que pensar y decidir cuántas fotos de una misma serie puede haber buenas. Pueden ser dos, una o ninguna. Al menos, castiga a la gente con solo tres, no pongas cien de lo mismo.

Yo hice una selección. Hay algunas de Strómboli, y luego las tres de la Stanza Sicilia, que son de las Catacumbas de Palermo.



[Strómboli]

Los espacios vacíos, los juegos de luz dentro de ellos, parecen atraer de forma especial a Santonja.

Creo que tengo fijación con las cuevas y sitios así. Y la verdad es que estuve mucho tiempo haciendo espeleología y pasaba días enteros metido en la oscuridad. Recuerdo cuando veía una sima o la salida, esa sensación después de muchas horas sin ver luz natural, se me ha quedado grabada. Creo que eso tiene que ver con estas fotos donde lo más importante es esa luz que entra en el espacio oscuro.

Otra característica de sus fotografías es el movimiento, la cámara se mueve haciendo que desaparezca la nitidez de las formas.

Las fotos de la Stanza Sicilia no están casi movidas y sin embargo tenían que estarlo, porque son exposiciones de minutos. Y luego aparecen otras mucho más movidas que se hicieron con más luz.

Lo que busco son nuevas texturas que no conocemos. Es una investigación que yo llevo hace muchos años y que no hace mucha gente, por eso creo que pueden ser importantes estas fotos. Cuando ves un contraluz, lo que está cerca de ti lo ves en sombra, negro. Cuando hago una foto, el espacio en el que estoy, que es lo que tengo más cerca, lo veo en sombra. Ves una fuente de luz muy potente y luego unas formas, sombras que conforman la habitación en que tú estás. Pero, si lo que haces es engañar a la cámara y darle el tiempo de la sombra, consigues ver la realidad que te rodea, eso que el hombre nunca puede ver. Es el mito de la caverna. Tu nunca puedes ver en contraluz.

La fotografía para Ricardo Santonja es un medio para descubrir una realidad invisible a nuestros ojos, nos permite ver el mundo de una forma nueva, eso es lo que distingue a la fotografía de otras artes.

La única separación con los pintores y con los escultores, lo que es único de la fotografía, es que hay espacios invisibles que la foto si capta. Tu ojo puede ver algo de eso si lo acostumbras, pero nunca te imaginas la belleza de lo que termina siendo. Tu ves algo o intuyes algo, pero nunca vas a ver el resultado de la fotografía, que es maravilloso. En la Stanza Sicilia lo fotografiado es un espacio negro. Esa parte que ves de colores en la foto es negra, pero por la deformación de una bombilla que hay detrás o por un fluorescente en una esquina, las vibraciones de la luz van entrando en la cámara, se mezclan y van haciendo tonos verdes, amarillos, cosas que el ojo no ve y en la sombra menos. Puedes dejar el obturador abierto todo el tiempo que quieras, y al final consigues sacar cosas que jamás hubieras pensado. Sacas el sueño. Los pintores, tienen que coger una foto y copiarlo si quieren representar eso, lo vemos todos los días en Arco. Cuando ves una obra hiperrealista de una ciudad de noche con las estelas de los faros de los coches, eso no existe, eso se ha cogido de una fotografía. Sólo existe en la fotografía. Si desenfocas, o si los coches empiezan a moverse y dejan esa estela, eso es lo que ve la máquina, ni siquiera el fotógrafo. Luego lo puedes pintar.

 

 

Texto, Copyright © 2000 Ana Vázquez y Eva María Contreras. Todos los derechos reservados.
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Última actualización: viernes, 31 de diciembre de 1999

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