Vi una tarde de viernes soleada a hombres curtidos, mujeres recelosas y niños incontenibles, quedar absortos, deslumbrados con la enérgica y juguetona voz de Luis Miguel Madrid, con sus escritos, con...
Vi una tarde de viernes soleada a hombres curtidos, mujeres recelosas y niños incontenibles, quedar absortos, deslumbrados con la enérgica y juguetona voz de Luis Miguel Madrid, con sus escritos, con...