Cada vez que cruzaba la puerta del bar me sentía no solo en casa, me sentía yo misma. En parte, era la mirada de Luismi la que me restituía mi ser, como si él me viera como era, no como madre...
Cada vez que cruzaba la puerta del bar me sentía no solo en casa, me sentía yo misma. En parte, era la mirada de Luismi la que me restituía mi ser, como si él me viera como era, no como madre...