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La Extraordinaria vida de Hannah Höch, por Arianne Cristiel

Hannah Hoch

Hänna Höch fue una artista y activista de la república de Weimar, única mujer en el círculo dadaísta de Berlín y pionera del fotomontaje, el feminismo, musa y protagonista del dadaísmo y del “arte degenerado” que nació siendo la mayor de cinco hermanos y que gracias a su talento y a su personalidad vanguardista se convirtió en un referente cultural y en un ícono de de las artes plásticas antes de la primera mitad del siglo XX.

Anna Therese Johanne Höch nació en Gotha, Alemania, el uno de noviembre de mil ochocientos ochenta y nueve en el seno de una familia muy tradicional. Pronto, y debido a las órdenes de su padre, dejaría los estudios para dedicarse al ámbito doméstico, y aunque entró en la facultad de artes aplicadas de Berlín en mil novecientos doce, no será hasta mil novecientos quince cuando se establezca por completo en la capital, comenzado así su tortuosa relación con el también artista Raoul Hausmann, gracias al cual conocería el dadaísmo, los sinsabores del amor y el collage.

Hanna comenzó entonces su andadura en la clase de gráficos en el instituto nacional del museo de artes y oficios de Berlín al mismo tiempo que se dedicaba a trabajar en el departamento de artesanía de la editorial Ullstein Verlag, donde diseñaba encajes, bordados y vestidos para damas. Además, frecuentaba también el Berlín dadaísta que había sido urdido por Raul Hausmann y Richard Hulsenbeck para más adelante, nutrirse y desarrollar los descubrimientos que juntos experimentaron fuera y dentro de la ciudad . Así, Hannah Höch descubriría el fotomontaje, práctica que la catapultó al centro de la escena más vanguardista , y con la que denunciaría una y otra vez a la sociedad patriarcal que la rodeaba.

Es frecuente encontrar en el trabajo plástico de esta época fragmentos de telas y patrones de costura, lo cual refleja en cierta medida su ocupación textil del momento, pero lo cierto es que Hannah Höch fue desarrollando una técnica híbrida y versátil que carecía de complejos, complementando así a la pintura, la cual también trabajaba, haciendo de esta técnica un auténtico espejo donde claramente se puede observar como su ideario artístico y su vida iban de la mano en una burbuja independiente y contracultural.

Ciertamente, el libre albedrío y la sorpresividad del collage y el fotomontaje hacen de esta disciplina un auténtico caos donde el espectador puede deleitarse con las locuras más fascinantes y los resultados más rocambolescos , haciendo que la temática muchas veces quede relegada a un segundo plano o simplemente pase inadvertida gracias a estas creaciones tan fuera de norma, pero lo cierto es que Hannah Höch siempre utilizó a su favor este nuevo diálogo visual para representar la idea de “ la nueva mujer” en un escenario distinto, casi utópico, donde el género, antes débil, ahora se presenta fuerte e indestructible. Y es que si algún tema trabajó esta artista fue precisamente la libertad de la mujer y su papel en el nuevo siglo XX, donde la androginia y el amor lésbico también formarían parte de su discurso.

Hannah utilizó la técnica del collage como expresión artística, pero también usaba otras, como el óleo. Así, una de sus obras más famosas es Die Braut, una pieza óleo/collage donde aparecen representados una pareja de recién casados que no están en consonancia y donde, sin duda, la protagonista principal es la mujer, apareciendo representada con una cabeza de bebé que nos recuerda a los muñecos infantiles. Una clara alusión al estatus de la mujer en la Alemania de la época, donde la mujer estaba completamente relegada a los deseos del hombre, donde se entiende que la mujer es tan solo un objeto inanimado para el uso particular del hombre, quien se aprovecha en muchas ocasiones de la corta edad que tienen estas cuando contraen matrimonio. Una cabeza con rasgos infantiles, una obra con mucho simbolismo que alude a la institución del matrimonio, una denuncia más de esta artista, quien llegó a decir que muchas veces el matrominio era “ una violación legal”.

Con esta perspectiva, nos encontramos con obras que también denuncian el colonialismo (“ desde un museo etnográfico”) y el racismo, y en definitiva, piezas híbridas que se engloban dentro de un universo tremendamente contracultural, desafiante y libre. Y es que nada, absolutamente nada ataba a Hannah Höch.

Sin ningún tipos reparos, teniendo en cuenta la época en la que nos encontramos, Hannah inició en mil novecientos veintiséis una relación con la escritora y lingüista holandesa Mathilda Burgman, con la que inmediatamente comenzó una vida en común que duró hasta el mil novecientos treinta y cinco, año en el que conocería su futuro esposo, el pianista Kurt Matthies. Mucho se habló en su momento de esta actitud tan poco usual , pero lo cierto es que Hanna Höch no había nacido para vivir la vida que otros querían. Así, comenzó un camino de reflexión, y una vez desaparecido el movimiento dadá de la escena artística berlinesa Hannah se integró en el Novembergruppe, para más adelante acercarse al reconocido grupo De Stijl , con el cual experimentó de primera mano las primeras prohibiciones del partido nazi, que cuatro años después de subir al poder empezó a ridiculizar a los artistas modernos, para posteriormente perseguirlos y asesinarlos, ya que estos hacían “arte degenerado”.

Es por eso que esta artista empezó a exponer fuera de Alemania y pasó gran parte de su vida produciendo obra en el medio de una cabaña suburbana en Berlín, alejada de las fauces del nazismo y el horror. En sus propias palabras, aquel sitio era “El lugar ideal para hundirse en el olvido”, y aunque ni el machismo ni el nazismo pudieron borrar de la historia el legado de esta alemana universal, cien años después el mundo sigue recordándola como artista, pero por sobre todas las cosas, como una gran mujer que en su tiempo hizo lo que quiso, cuando quiso y como quiso.

Arianne CristielArianne Cristiel (Caracas, 7 de Septiembre del 1987) es una escritora y artista visual natural de Galicia que utiliza el collage analógico, los medios mixtos y la literatura como forma de expresión artística.Su interés por las artes la llevó por una senda humanista en la que a día de hoy todavía sigue inmersa. Como artista visual ha tenido la oportunidad de exponer su trabajo en Europa y América Latina, además de haber participado como artista invitada en numerosas publicaciones de arte especializado. Como escritora, Arianne también ha tenido la oportunidad de escribir para cine, medios digitales e impresos en calidad de columnista y divulgadora cultural.


Texto © Arianne Cristiel
Fotografía © Arianne Cristiel


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