Este año, comenzamos una interesante colaboración con el Centro Estatal de Traducción de Azerbaiyán, con el fin de dar a conocer la poesía de este país traducida al español.
Comenzamos con Ali Karim.
Ali Karim. (1931-1969)
Dos amores, el primer libro de Ali Karim se publicó en Moscú en 1958. Durante su corta vida, Ali Karim publicó los siguientes libros en Bakú: Siempre en el viaje (1963) y El ala de oro (1965). Sus volúmenes poéticos Vuelva, Devuelva la deuda de la madre, Los niños y las estrellas, Después del viaje, La flor y el pan y Obras seleccionadas se publicaron después de su muerte. Su poema “Primera sinfonía” ganó el premio especial en el VI Festival Mundial de Estudiantes que se celebró en Moscú en 1957.
En un día del invierno
Helada.
El viento frío,
El coche no se puede mover de su lugar.
El chofer frota, enojando
Sus manos
En sus piernas.
‐traje poca gasolina,
Dije yo.
Recogemos las ramas,
Para encender un fuego.
El fuego no se enciende.
El chofer observa
los manuscritos.
Saca uno a uno:
Esta es una balada,
Poesía,
Epigrama.
Los arroja
Al fuego temblando de cerillas.
Queda solo una de mis poesías
Que no había pensado publicarla
ni quemarla hoy.
Se oscurece todo ante mis ojos,
Ya no importa si el fuego arde
O no arde.
Que el calor penetre
En mis venas,
Y que endurezca mi sangre.
Que me queme la helada,
Nunca daré mi última poesía.
Nunca daré del inmaculado rincón
De mi alma,
Aquellos versos
Que nunca entregué.
Me pongo triste en estos días.
Después de la palabra fría que encendió
al editor helado.
Supe cuánto puede equivocarse una persona.
Entre tantos escritos,
Solo tengo un poema.
Piedra
El hombre primitivo
Semidesnudo
arrojó la piedra a su enemigo,
derramó sangre.
Pero la piedra
no cayó al suelo.
Se mantuvo volando,
de horizonte a horizonte.
No digan que desapareció la piedra.
Esa piedra se transformó en una flecha
y, a continuación, en una espada,
una bala,
un misil.
No se detuvo como pensábamos.
Se transformó en un átomo.
Perforando la cumbre
y los deseos
y el océano,
se alejó a toda velocidad…
De nuevo esa misma piedra
no para tampoco ahora,
todavía está volando, pero ¿adónde?
Se convierte en neutrones,
electrón
Todo eso y mucho más.
Se convierte en el fuego.
Muerte.
Veneno.
Usted, mi coetáneo,
usted, el hermano de la Verdad,
dígame:
¡No se podría detener
esa piedra arrojada
por el hombre primitivo
semidesnudo.
semisalvaje?!
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