A veces el tiempo
es un gato negro estirando las patas a media sala
lamiéndose sus partes y mirando por la ventana
A veces es el diablo vestido de seda
y medias de red
en la esquina o en la cama
También es una lágrima seca y blanca
un roce insignificante en el metro
un lunar junto al ojo
que no se sabe si estará mañana
Y entonces el tiempo se ríe de nosotros
pensando que quizá somos demasiado tontos para existir
porque tampoco sabemos existir
no sabemos ni siquiera llorar
Y la silla se vuelve una ausencia
un acuerdo de sacar al perro dos o tres veces por semana
cada quien por su parte
como matrimonio fallido compartiendo custodia
Mientras los libros se empolvan,
sueño otra vez con la lejanía de mis raíces
con un cielo que ya no es el mismo
donde tampoco me reconozco
no soy la misma de hace un año
no soy la misma de ayer
no soy la misma de hoy
Y el tiempo…
El tiempo se viste de saludos cordiales
de comidas cotidianas
de noticias mañaneras
o de un moretón que poco a poco
va volviendo al color de la piel
esperando su regreso
Y de pronto se lo lleva todo
con la prisa de un niño acompañando a su madre una casa ajena
o como quien está de paso en un hotel y no quiere ser visto
Y al final todo lo que tengo
ni siquiera me pertenece.

Texto © Zulma Francelia
Fotografía © Martin de Arriba
Excelente poema; simplemente toda la verdad.
Felicidades Zulma! Sigue cosechando éxitos
Me encantó, cada que te leo me transportas a cada parte que voy leyendo, mucho éxito
cabronsísima Zulma! tanta belleza