Desasosiegos

El legado de Federica Montseny, la revolucionaria que nos parió

Federica Montseny

“Un ideal que dice al hombre: Eres libre. Por el solo hecho de ser hombre, nadie tiene derecho a extender la mano sobre ti. Ninguna fuerza por encima de tu fuerza. Eres tú el señor y el dios de ti mismo. Asóciate, únete, libremente con tus semejantes, para aquello que no puedas realizar solo.”
(1979: 15)

Esta es la definición de anarquismo de Federica Montseny. Quizá este movimiento sea lo que más define a Federica. Fue miembro de la Confederación Nacional de Trabajadores, también conocida como CNT, durante muchos años.

Sin embargo, cuando le preguntaban a qué se dedicaba, ella contestaba que era periodista. Y en efecto, lo era, a pesar de ser recordada más por sus actuaciones políticas y por ser la primera mujer ministra de España. En concreto, de sanidad.

Una mujer ministra anarquista en 1936.

En este puesto tomó medidas como una ley del aborto, que nunca llegó a ratificarse, y los liberatorios de prostitución. Los liberatorios eran casas a las que las prostitutas podían ir y renunciar a ejercer su oficio:

“Esas mujeres que se acogieron a los liberatorios no volvieron a ejercer la prostitución. Aprendieron oficios y empezaron a trabajar desde aquel momento. Es decir, esa experiencia a mi parecer fue positiva y demostró que muchas mujeres eran prostitutas porque no tenían otros medios con que ganarse la vida.”

[Palabras de la propia Federica Montseny en una entrevista para Radio Televisión Española en 1991.]

Federica no se consideraba feminista. Recibió una educación por parte de su madre, alejada a las habituales enseñanzas de la buena esposa. Y a pesar de todo, no se definió como feminista. No lo hizo porque el movimiento feminista estaba vinculado a las sufragistas, que eran burguesas y reformistas. Federica no las secundaba y criticaba muchos aspectos de ese feminismo, pero defendía otros como la igualdad absoluta en todos los aspectos para el hombre y la mujer.

Sobre esto, escribió en 1926 una serie de artículos titulados Mujer, problema del hombre en la Revista Blanca, cuyo director era su padre.

Aquí, Federica describe al hombre y a la mujer como un enigma el uno para el otro.

“La mujer es hoy el problema del hombre. Es el hombre mismo el que lo convierte en problema. El enigma, en vez de simplificarse, se complica”.

Explica que hasta el momento la mujer había sido lo que el hombre quería que fuese y ahora está empezando a ser lo que ella quiere ser. Feminidad se había llamado siempre a la coquetería e hipocresía. Las mujeres sencillas y valerosas tenían temperamentos varoniles. Incluso para hablar de una mujer inteligente, se decía que tenía “un talento macho”.

Federica resalta la importancia de resolver este problema. Es decir, del conflicto que supone para el hombre la nueva afirmación de la personalidad femenina.

 

Tras el fin de la Guerra Civil se vio obligada a exiliarse a París. A partir de ese momento, la tónica de sus escritos cambió y fueron dirigidos a la lucha contra el fascismo.

Pero en esta primera etapa de su vida, antes del exilio, también escribió artículos anarquistas y promulgó sus ideas en distintos discursos. Irene Lozano, autora del libro Federica Montseny, una anarquista en el poder explica:

“Hay que imaginarse un pueblo de Huelva por ejemplo en el año 32, que era donde la recibían con el grito de ¡Ya llega la mujer que habla! Porque claro era una cosa absolutamente insólita que una mujer se subiera a una tribuna y empezara a hablar. Y encima de lo que les hablaba: les hablaba de que hay que acabar con la explotación, tenéis que saber cómo dejar de ser explotados y cuando eso llegue tampoco vosotros explotar a nadie. Les hablaba de la Revolución”.

Publicó Definición de anarquismo en 1931 para la revista Blanca, que fue leído en la inauguración del “Ateneo Libertario” en Barcelona.

En este artículo habla sobre la evolución del anarquismo en España y asegura que es una organización social perfectamente realizable. Destaca que el instinto de poseer y conservar de los demócratas, autócratas, comunistas y socialistas va en contra de los anarquistas. Les combatieron con armas. Pretendieron presentarlos como destructores pero el instinto humano es tan inteligente que no les sirvió.

También advierte de no racializar la anarquía solo al pueblo catalán, porque es de todos. Y es la cima del avance humano.

En conclusión: el legado de Federica fue el anarcofeminismo. A pesar de que ella no lo considerara, es un ejemplo para este grupo hoy en día.

 

Escucha este artículo en formato podcast

Más información sobre Federica Montseny en la película Federica Montseny, la mujer que habla (Laura Mañá, 2021)


Texto © Macarena Lledó
Fotografía © Wikipedia


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1 Comentario

  • Federica Montseny es un ejemplo más de lo que el anarquismo representa para lograr sociedades más justas y de cómo se puede liderar sin ser líder -una circunstancia frecuente dentro de este extenso movimiento.
    En su caso, debido al hecho de ser parte del gobierno, pudo proponer leyes de forma directa. Y es bien cierto, también, que se requiere la palabra para dar nombre y contextualizar los deseos de bienestar común. Pero no olvidemos que el anarquismo ya incluye entre sus fundamentos la acción directa como algo esencial, sin que sea necesario un gobierno. Es el pensamiento indisolublemente unido a su realización.
    Y esto se entiende en toda su dimensión cuando somos conscientes de que es de todos, como se menciona en el artículo, y es la cima del avance humano.

    Gracias a Babab por publicar y a Macarena Lledó por hablar de lo esencial.