Cine

ZALAMERO. Una pseudoentrevista (o algo así).

Teresa Carril y Diego Lillo conversan sobre su película, Zalamero

 

Zalamero

Teresa Carril (22) y Diego Lillo (22) son los directores de Zalamero; también creadores de Superglu Films, el sello cinematográfico con el que firman todos los trabajos que dirigen y producen.

Zalamero es el último proyecto que han estrenado, un mediometraje de 40 minutos en el que hablan del verano y de muchas cosas más. Se estrenó el 22 de octubre en los Cines Embajadores de Madrid y desde entonces se han proyectado 5 pases con todas las entradas vendidas.

Como proyección especial, han elegido el María Pandora (Vistillas), un lugar especial que suelen frecuentar ambos.

Zalamero es, sobre todo, una película de verano, del verano de Martín. Martín lo quiere todo; quiere a todas las chicas, a todos los chicos, todas las horas de sol, todas las noches, todas las camisas de colores… quiere ser el protagonista de todos los veranos. ¿Por qué decidir una sola cosa? Ay zalamero… tú es que lo quieres todo…¡!

T: ¿Qué es para ti un zalamero?
D: …un donjuán,
T: una chula,
D: una canalla,
T: un truhán…
D: Desde luego, hay distintas formas de ser un zalamero…

T: ¿Cuánto crees que ha pasado desde que grabamos Zalamero? Parecen años y a la vez semanas, ¿no crees?
D: Mucho para lo que ha sido en tiempo real. Han pasado muchas cosas entre medias.
T: Claro, porque tiempo real han sido… 4 meses, ¿no? Es poquísimo tiempo en realidad, parece mucho más.

D: ¿Cuando ves la película estás contenta con lo que ha salido?
T: Yo creo que sí, ¿no? Tiene sus fallos, claramente… Pero también siento que Zalamero, a día de hoy, es un círculo muy bonito. Y eso es así por toda la gente que ha conformado, rodeado y abrazado el proyecto.
D: Sí, mucho. Y también por la acogida que ha tenido por parte de todo el mundo.

T: Todos los jueves a ponerse guapo para ir al cine, emborracharse… ¿cuántos jueves llevamos ya? ¿cuatro, cinco?
D: Cuatro jueves paseando por los Cines Embajadores.
T: Los Cines Embajadores… un buen sitio en un bonito barrio de nuestro querido Madrid.
D: Yo creo que a la gente le ha gustado mucho venir al cine.
T: Desde luego no es lo mismo sentarte frente a una pantalla enorme a oscuras y permitir a la película meterse dentro de ti… a verla en tu habitación en una pequeña pantalla que manejas tú mismo y que puedes parar a tu antojo. La predisposición es diferente, la película en un cine te impone más, te engatusa o algo así…

T: ¿Qué temas en general crees que trata Zalamero?
D: Pues del amor,
T: del desamor,
D: de las relaciones,
T: del deseo (en Zalamero hay mucho deseo…),
D: del verano,
T: de todo lo que dura poco y se nos escapa de las manos,
D: de la amistad,
T: de la culpa,
D: de la relación vital que tenemos con la música,
T: y de la relación con los espacios que habitamos, desde luego.
D: De cosas que nos pillan cerquita.
T: La verdad es que trabajamos con lo que nos da la vida, sin demasiadas pretensiones. Sacamos inspiración o referencia de todo lo que tenemos alrededor: de las películas y de las fotografías que vemos, de la música que escuchamos, de las vivencias propias, de las cosas que nos pasan, de lo que sentimos, de lo que nos gusta, de lo que nos hace llorar, de lo que nos pone tontos…
El cine nos permite registrar lo que somos y lo que vivimos, y contárselo a los demás.

D: Lo próximo que grabemos tiene que ser en Madrid.
T: Eso es, ya va siendo hora de contar cosas que pasan aquí en Madrid. Tenemos tantas historias que rodar en esta ciudad… Historias de transeúntes, historias de sitios, de calles, del metro…
D: De sus trabajadores, de sus bares, de sus gentes y de sus sitios.
T: La de historias que nos pueden dar los gatos madrileños y su picardía…¡!

T: Oye, si tienes que decir un color que defina Zalamero, ¿cuál sería?
D: Naranja atardecer. Tú ponle un olor.
T: El olor de las tostadas y el café todas las mañanas del rodaje.
D: Qué locura el rodaje eh, 8 personas metidas 10 días en un apartamento enano con el fin de grabar una película. Los cuatro actores ante la cámara (Javier Mendo, Isabel Gigorro, Malena Casado y Jon Muñoz) y los cuatro de detrás de las cámaras (León Casarrubios, Irenegarry, tú y yo).
T: Unos días que parecieron un oasis en mitad de este 2020 y una auténtica fiesta.
D: Hicimos de todo esa semana.
T: Escribimos, bajamos a la playa, a la piscina, bebimos, cocinábamos rico…
D: Les hicimos unas buenas tortillas de patatas una noche para cenar.
T: Pintamos, bailamos, lloramos, nos emborrachamos,
D: Grabamos, hablamos mucho, nos conocimos, cantamos, jugamos,
T: Nos abrazamos, nos besamos, hicimos abalorios y collares…
D: Un poquito de todo.

T: ¿Qué crees que es lo que más has disfrutado de estos meses de proceso?
D: El rodaje en Benicàssim sin duda y el hecho de conseguir llenar cada jueves una sala de cine. Tener sentadas a tantas personas desconocidas en silencio viendo tu película.
T: Yo recuerdo mucho los ensayos en Madrid, un mes antes de grabar. Hemos aprendido y crecido todos tanto.
D: Nuestras olas bailan en la misma dirección, ojalá sigamos en la misma marea, como apunté yo en su momento.
T: Pues sí. ¿sabes? Ahora siempre que nos vemos los ocho me parece como si fuera verano y se escuchara el sonido de las olas del mar de fondo.

Teresa Carril y Diego Lillo

Teresa Carril y Diego Lillo, por Arthur Ribeiro (@arthurtbh)

 


Texto © Teresa Carril y Diego Lillo


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