Literatura Narrativa

“La lluvia de Camille”. Una novela histórica de Esther Bengoechea

La lluvia de Camille

Las horas han volado a su alrededor, mientras ellos se amaban como si no hubiese mañana. Camille mira el reloj al tiempo que se le escapa un grito de sorpresa. Es demasiado tarde y no quiere que su madre la reciba con insultos, chillidos y amenazas, como casi todos los días. Da un rápido beso a su amante en los labios y se levanta con agilidad para vestirse. Él se queda admirando el espectáculo, viendo como se pone la ropa a todo correr, sin preocuparse de colocar bien cada prenda. Le encantan sus movimientos, sus gestos de frustración por lo tarde que es, aunque verla partir es el momento más triste del día. (pág. 43)

La lluvia de Camille se adentra con lirismo, ternura y realismo en la vida de la escultora francesa Camille Claudel, más conocida por ser la amante de Rodin que por las obras que creó a lo largo de sus días. Esta novela, ganadora del Premio de Novela Histórica Rrose Sélavy de la Editorial Ápeiron, es la ópera prima de la escritora y periodista palentina Esther Bengoechea. 

La obra se estructura en una veintena de capítulos, donde no falta ni sobra nada. De una longitud similar, cada uno de ellos narra un día concreto de un año concreto de la artista, hilándose la historia a través de pequeñas píldoras de su vida. El primero arranca el 8 de diciembre de 1864, el día que su madre la alumbró y directamente no quiso ni mirarla porque no era un varón, como el que había perdido un año anterior.  El  último, el día de su fallecimiento, día que le enviaron a su hermano tres telegramas para contarle la triste noticia y ni acudió al entierro ni reclamó los restos de su hermana. 

Antes del final, aparece un monólogo de Camille con el Doctor Pavard donde, derrotada ya por el encierro, por los años y porque no le permiten esculpir, se sincera con él como con nadie. Sin duda alguna es un gran logro. Es la voz de la protagonista llamando al lector y diciéndole: “así ha sido mi vida”. 

La escritora también acierta al sugerir toda la complejidad del personaje indirectamente, a través de las relaciones con los miembros de su familia y con el propio Rodin. Las figuras que fueron tan importantes en su vida y en su devenir cobran importancia en esta novela ágil y sencilla. Además, Esther Bengoechea apunta con perspicacia y según se van sucediendo los acontecimientos en los capítulos la paulatina pérdida del equilibrio emocional e intelectual de Camille Claudel, que pasó sus tres últimas décadas en un sanatorio mental. Y no solo eso, la escritora nos desvela cómo ejecuta la escultora una serie de obras como El valsLa edad maduraSakountala, creaciones con las que logró gran reconocimiento y críticas muy positivas en el París de la época.

Oye voces, risas, golpes. Todo aparenta desmesurado, exagerado ante sus ojos y sus oídos. Tiene frío, se encoge sobre sí misma, pero no se para. De repente, oye un estruendo, que solo se ha dado en su cabeza, y sale corriendo. Con su cojera, con las pupilas clavadas en el suelo y con la respiración entrecortada. No se detiene hasta que llega a su taller. Saca rápidamente la llave pero tarda en meterla en la cerradura porque le tiembla el pulso. Jadea, suda, se encorva. Mira a todos los lados como si la persiguieran. Cuando consigue abrir, entra veloz y cierra de un portazo. Se apoya en la puerta y llora. (pág. 71)

Con una prosa concisa y clara, la obra desvela aspectos de la vida de Camille Claudel, que sin duda nació adelantada a su tiempo y lo pagó caro. Volviendo a sus creaciones, La edad madura es, sin duda alguna, una de las obras cumbres en su producción. Protagoniza la portada de la novela y descansa en el Museo d’Orsay. No le gustó a Rodin protagonizarla. Se enojó como nunca al verse retratado entre Camille y Rose, las dos mujeres de su vida. Conseguir que no expusiese esa obra, fue la última traición del maestro a Camille, su alumna y amante. Él la falló y su hermano, también. Su madre la odiaba y hermana, la envidiaba demasiado. Poseía todo el talento y la belleza que ella anhelaba. Solo su padre la quiso y protegió siempre. Hasta que falleció.

La obra de Esther Bengoechea busca hacerle un hueco en la historia mientras plasma todo el dolor, la ilusión, la soledad y la injusticia que rodeó a la genial y luchadora Camille Claudel.

Más información: lalluviadecamille.es

La periodista y escritora Esther Bengoechea (Palencia, 1980) trabaja en el periódico El Norte de Castilla en Palencia. Ganadora en 2018 del Premio ‘Mariano del Mazo’ de Periodismo por un reportaje sobre el aniversario de un accidente en el pico Curavacas, este mismo año logró un segundo premio en el Concurso de Relatos Cortos por la Igualdad del Ayuntamiento de Aranda de Duero. Eterna estudiante de Historia del Arte por la UNED, es licenciada en Filología Inglesa y en Teoría de la Literatura en la Universidad de Valladolid, y tiene un Máster en Periodismo por la Universidad de Barcelona. 

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