Suspendidos en una cesta de noria más de una hora, pertrechados de alguna botella de manzanilla y de un par de paquetes de Fortuna, empezó nuestra larga amistad en la primavera de 1983. Me pareciste brillante, generoso, sofisticado, divertido y cariñoso desde ese primer momento.
Me acogiste con los brazos abiertos cuando años después me trasladé a vivir a Madrid, y me ayudaste a empezar una nueva vida. Por aquí sigo, tras veintiséis años.
Sevilla, Madrid y María Pandora, Barcelona, Cuba y un paseo en excavadora, Alcalá la Real y el Premio Arcipreste de Hita, Fresnedillas y el Amador. Tantos recuerdos. ¡Qué bien lo hemos pasado ¡ ¡Cómo nos hemos reído!
Fuiste un verdadero amigo, un hermano para mí. No puedo darte nada más que las gracias por tantísimos momentos juntos, por dejarme formar parte de tu vida durante estos largos años.
¡Cuánto te voy a echar de menos, Candeal, y cuánto nos vamos a perder!
Esta selección está dedicada a tu imborrable memoria.
Tu amigo Octavio.
Texto y selección musical © Octavio Romero
Todos los derechos reservados
Fotografía: Archivo de Octavio Romero