Homenaje a Luis Miguel Madrid

UN RÍO EN DELTA

Luismi y Eva

  Para Eva, sintiéndolo mucho

Si supiéramos siempre, amiga doliente,

Que la vida es igual que la muerte,

Que espíritu y dolor son en todo momento

Las fuentes que nos hacen valientes,

Morir con él, tras él, pendientes

De su iluminación eterna 

Habríamos aceptado mejor la noche 

De las resurrecciones, de los perros

Que aquí no se calman.

Porque la luz es la alegría de este día también

Y tu memoria, tu inteligencia, tu voluntad,

El ser, son pruebas de amor. 

Un regalo. Sufre, no te rompas, 

Llora sobre nosotros, atentos

A una hora igual. Fue un don

Tener que pasar los atardeceres rojos

En la plaza de Gabriel Miró y prudente

La elegancia del galgo cansado.

Siempre gana la liebre. Se acabó

La carrera y la risa duele cuando es 

Ausencia. Concluye nuestra vida hoy,

Aquella forma que tuvimos

De no pensar más que cantando. 

Y ahora es el tiempo

De reconocer que vivir no es nada más

Que un regalo. 

Vivir será un suspiro pero menos es morir en un instante. Abraza esto. 

Pues no es eterno el morir. Es astucia.

Y también un juego que nos viene dado.

Miremos las dos formas de amar:

Vivir y morir,  los días que nos queden, una por él y otra por ti, 

Mis amigos muertos y muertos y muertos sin fin. Vivos, vivos, vivos

Ahora y siempre si fue dulce y animado.

Luismi Maruja y Eva
Luismi, Maruja y Eva

Texto © César Cortijo, 2020
Fotografías © Archivo de Luis Miguel Madrid
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