Actualidades Poesía

23.01.2020 – presentación de "Condición Terrenal" de Enrique Arias Beaskoetxea

El jueves 23 de enero a las 19h se presenta en la Casa del Libro de Vitoria este poemario editado por Literarte

Este poemario está planteado como un diario personal en la que el autor trata de captar la esencia de fenómenos, acontecimientos, diálogos, etc. a lo largo de un periodo de 12 meses. No se trata de dar detalle de la trayectoria vital, poco interesante, sino de transcribir la pleamar y bajamar de las experiencias mediante pequeños poemas que expresen aquello que está más allá de lo evidente, lo que está detrás de lo sucedido, lo que ocurre y lo que no ocurrirá.

El título proviene de un texto de Natalia Ginzburg (incluido en el epílogo) en el que habla del oficio de escritor y de cómo nuestra condición terrenal influye en la escritura. La felicidad o infelicidad lleva a que el estilo tenga más o menos fuerza, tenga fantasía o memoria, de cómo estamos engarzados a cada ser y cada cosa de este mundo. Y de cómo nos embarcamos y nos arriesgamos con nuestras creaciones creando una relación “de una intimidad carnal y asfixiante.”

Notas para la presentación

Yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema.
Jaime Gil de Biedma

El libro comienza con una cita de Virginia Woolf que dice: llevar un diario, escribir una vida. Lo que se pide en ese lema no es llevar un recuento de los acontecimientos diarios sino reunir en un cuaderno, vida y literatura. “Llevar un diario” supone anotar, mediante la visión poética, aquello que cruza por la vida del escritor; “escribir una vida” supone ir construyendo una vida a través de las anotaciones diarias.

Lo que así explicado parece confuso es en realidad algo bastante sencillo. Un escritor, en este caso un poeta, no lo es sólo cuando está con papel y pluma sino que lo es a tiempo completo. Un poeta lo es, no por lo que escribe sino por la forma en la que ve el mundo, por la forma en la que se instala en el mundo, por lo que percibe y contempla, por el mundo interior que se materializará en su escritura.

Este diario recorre un largo periodo de 11 meses pero en realidad su escritura ha llevado toda una vida. Lo que aparece, por ejemplo en noviembre, no significa que un día de ese mes ocurrió un suceso sino que ese día se anotó algo que estaba previamente en el autor, probablemente desde años atrás, y en ese momento de ese día se decanta, se ve con claridad luminosa y merece la pena ser escrito.

Escribir, para mí, tiene una clara relación con la meditación. Meditar no es tener la mente en blanco, como se repite, sino todo lo contrario, significa permanecer atento a un objeto sin distracción alguna. Previamente hay que retirar los sentidos del mundo para poder ir al mundo interior, allí concentrarse y abrir los ojos a lo que sucede “aquí y ahora” percibido sin filtros o construcciones mentales; “aquí” es el espacio preciso en el que estamos, “ahora” es el instante preciso, ajeno a la memoria del pasado y la fantasía de futuro.

Como dice Paul Auster, “la literatura es esencialmente soledad. Se escribe en soledad, se lee en soledad y, pese a todo, el acto de la lectura permite una comunicación entre dos seres humanos.”

Fuente: http://enrique-arbe.simplesite.com/442230775

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