
Una historia singular que demuestra el aprecio por la zarzuela de nuestro protagonista y especialmente por el “género chico”, que alabó en sus escritos y a cuyos autores conoció y trató.
Por Dionisio Rodríguez
El día 25 de noviembre de 1897 tiene lugar una gran efeméride en la música española, pues se estrena en el Teatro Apolo de Madrid una de las joyas del género chico español, La Revoltosa, con música de Ruperto Chapí. El compositor y gran intérprete francés Camille Saint-Saëns (1835-1921) que se encuentra en la ciudad, acude al acto en compañía del director musical del Teatro Real su buen amigo y colaborador Luigi Mancinelli. Ambos aplauden entusiastas desde un palco, la obra alcanza un éxito rotundo desde la primera representación.
La relación de Saint Saëns con los compositores españoles de zarzuelas, Tomás Bretón, Giménez Caballero, Federico Chueca, Jerónimo Jiménez, el propio Chapí y tantos otros grandes autores de la música española, están debidamente contrastada a través de la correspondencia y otros testimonios documentales.
Marie Gabrielle Soret, recoge en uno de sus importantes libros sobre el autor, un extenso artículo de Saint Saëns sobre la zarzuela publicado en 1913. La prensa entonces se hizo eco del asunto y hasta hizo surgir cierta polémica. En el texto cita sus visitas a diferentes ciudades españolas y tiene un especial recuerdo de su viaje por España en el invierno de 1889/1890, un momento muy especial de su vida itinerante y de incógnito en una larga estancia andaluza que le llevó por Málaga, Sevilla, Granada y terminada en Cádiz de donde saldría para las islas Canarias. A su vuelta aún permanecería varias semanas en la Andalucía en fiestas de la primavera de 1890.
Cuando a fines del año 1889, fui a Canarias en busca de reposo y del olvido, pasé por España y me detuve en Málaga a descansar. El estado de mi salud era deplorable; salía poco, casi nunca de noche; un joven viajante de comercio me instó vivamente a sacudir mi pereza para ir ver unas zarzuelas. Seguí su consejo y fui sorprendido muy agradablemente. No me esperaba ese brío, esa abundancia melódica, esos ritmos desconocidos que da tanta vida y énfasis a la música. Había entonces una pléyade de compositores eminentes que se entregaban de lleno a la zarzuela, a falta de otra cosa, pues entonces, como ahora, no existía un solo teatro de ópera española. […]
En el artículo se explaya nuestro compositor contándonos su asistencia a espectáculos de zarzuela en sus distintas visitas a localidades españolas como Madrid, Valencia, Málaga y Cádiz entre otras. Analiza y comenta diferentes obras entonces de actualidad, entre ellas Los lobos de mar, de Chapi, que le llama la atención entre otras muchas; señalando su preferencia por La Verbena de la Paloma de Bretón de la que hace gran elogio.
Saint Saëns había consolidado su situación e imagen en España ya desde 1880, año en el que efectúa su primera tournée como pianista excelso y compositor de éxito por nuestro país, a instancias de su buen amigo el virtuoso violinista español Pablo Sarasate. A partir de entonces son múltiples las visitas tanto de trabajo como de placer a España, algunas de las cuales terminarán en largas jornadas en las islas Canarias, mayormente en Gran Canaria y la ciudad de Las Palmas, como en los inviernos de 1889/90, 1893/1894, 1896/97 y este que nos concierne de1897/98; aunque sus estancias canarias se prolongarán hasta 1909.
Don Camilo, como lo llamaban en España, había abandonado la Gran Canaria tras una larga estancia en la isla a finales de abril (1897), pero vuelve a Madrid en noviembre de ese mismo año para una nueva serie de conciertos, supervisar el montaje de su ópera Henry VIII y la reposición de Sansón y Dalila en el Teatro Real. Establece una cordial y fructífera amistad con el influyente conde de Morphy, secretario particular de la reina regente María Cristina y gran prócer de la música y los músicos españoles. Ha logrado en pocos días dirigir a la orquesta de la Sociedad de Conciertos tres programas con sus obras, amén de tocar también para la familia real y la corte.
Su ópera Sansón y Dalila se representa tanto en el Liceo de Barcelona como en el Teatro Real de Madrid, y confía que en este último se estrene en primavera su nueva ópera Henry VIII, a la vuelta de su previsto viaje a las islas Canarias. A Saint Saëns le espera un diciembre de compromisos reales a los que corresponde con la composición de una Marcha Religiosa para órgano, que dedica y toca ante la reina regente M.ª Cristina y la corte española en el órgano Cavaille Coll de la basílica de San Francisco el Grande; días antes había acudido ya al Palacio Real a tocar el piano ante la soberana y su familia, gran aficionada a la música. Recibe por su contribución una condecoración real, Comendador de la Orden de Isabel la Católica, y será asimismo homenajeado por mediación de Morphy en el Ateneo, en la Sociedad de Conciertos y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, que le proponen para miembro y académico honorario.
En medio de esa vorágine honorífica Saint Saëns no olvida a su apreciado colega Chapí, uno de los músicos protegidos y auspiciados por el conde de Morphy, y se dispone a asistir al estreno de su nuevo sainete, fórmula musical utilizada en España para las pequeñas obras de carácter local por la que Saint Saëns había expresado su especial predilección. La función tendrá lugar en el Teatro Apolo de Madrid, auténtico reducto del género chico y del teatro por horas que él mismo había conocido.
[…] Este tipo de zarzuela es un encanto, trozo de vida popular, salpicada de seguidillas, tangos, malagueñas y demás. […] A dichas obrillas anímalas una inagotable abundancia melódica, un movimiento, una vivacidad sorprendente. (La Zarzuela)
Asiste al teatro acompañado por Mancinelli, gran músico, director de orquesta, buen amigo y soporte de Saint Saëns en sus andanzas musicales madrileñas. La prensa se hace eco al día siguiente del evento señalando su gran éxito.
La Correspondencia de España y El Día del 26 de noviembre, le dedican elogiosos artículos señalando su enorme éxito. En El Globo se acentúa la calidad de texto y música y en La Época y en La Iberia, se enaltece el auténtico ambiente popular madrileño y la calidad de la partitura, mencionando comentarios de Saint Saëns sobre la obra.
El Globo (Madrid).
[…] No hay géneros grande y chico; no hay más que géneros bueno y malo; y quien dudare que en una zarzuela en un acto caben los alardes artísticos más elevados, la expresión más perfecta de la belleza, cuanto puede pedirse a obras teatrales, acuda a ver La Revoltosa […] del maestro Chapi, estrenado anoche en el Apolo con éxito entusiasta, grande, sincero de veras. […] Si el libro de La Revoltosa es un modelo en su género, la partitura no le va en zaga; con ser Chapí quien es, su triunfo de anoche fue uno de los mayores de su vida artística.
La Época (Madrid).
Mucho habría que decir, y todo con elogio, de la música de La Revoltosa. Como profano que soy en el divino arte, me atengo a la frase que mi amigo Laserna atribuye a Saint-Saëns: “Esta es una ópera cómica que hubiera firmado Bizet”. (Zeda).
La Iberia (Madrid).
Teatro Apolo. La Revoltosa, zarzuela estrenada anoche en el Apolo, es la obra de la temporada, es una producción bellísima y obtuvo un éxito colosal. […] A las diez de la noche el teatro ofrecía un aspecto imponente, por la aglomeración de público. Empuñó la batuta el maestro Estellés, y a medida que la orquesta iba avanzando en el preludio, se hacía cada vez más grande la atención en el auditorio. […] La ovación fue ruidosísima, y el preludio se repitió. […]
Cuentan que Saint-Saëns, que presenciaba la representación desde un palco, dijo que Bizet no se desdeñaría de poner su firma en la partitura que ha escrito Chapí. Seguramente que al lado del hermoso dúo de Carmen, no desmerecerá en nada el gran dúo de Mari-Pepa y Felipe en La Revoltosa. […] Partitura llena de inspiración, de frescura y de originalidad, que quizás, quizás, nos atreveríamos a decir que es la mejor que ha escrito el autor de tantas obras buenas. […] Un éxito de los más grandes.
En El Imparcial, el ya citado José de Laserna confirma la presencia de Saint Saëns en el teatro y el crítico Eduardo Muñoz encuentran similitudes en la partitura con Saint Saëns. El satírico Juan Rana alaba la obra y la sitúa entre lo mejor del género. El Liberal comenta el entusiasmo de Saint Saëns y Mancinelli en el acto.
El Imparcial (Madrid).
[…] La música… No me hagan Vds. a mi caso y sigan a Saint-Saëns: “Esta es una ópera, cómica que hubiera firmado Bizet muy a su gusto”. Así decía el ilustre compositor de Sansón y Dalila, que asistió anoche a la representación en compañía de Mancinelli, otro antiguo entusiasta de nuestro gran maestro. […] (José de Laserna)
[…] y llegamos al gran dúo de amor. Aquí aparece Chapí en la plenitud de su inspiración soberana. La factura de este número es digna de la musa elegante, distinguida que favorece con sus inspiraciones a Saint Saëns. (Eduardo Muñoz)
Juan Rana. (Madrid)
¡La Revoltosa! Hay que remontarse a los tiempos do La Verbena de la Paloma y de El dúo de la Africana, para encontrar algo de tan subido mérito musical como esta partitura de Chapí. En cuanto al libro, es una joya sólo comparable con lo más acabado que se ha producido en el género cómico. […] Las figuras de Mari Pepa y Felipe son dos soberbias creaciones, dos personajes llenos de vida, arrancados del natural y vestidos con espléndido ropaje poético. Ellos son el sainete, y ellos con sus desdenes y sus celos y sus reyertas, llenan casi todo el cuadro tercero, redondo, justo, original, el mejor de la obra.
El Liberal (Madrid).
La música de La Revoltosa no sólo lleva el sello de una inspiración fresca y juvenil, sino que está instrumentada de una manera a todas luces incomparable. El triunfo que anoche obtuvo Chapí es de esos que el maestro no olvidará mientras exista. Saint-Saëns y Mancinelli, que estaban en un palco principal, no cesaron de aplaudir a nuestro gran compositor.
El famoso crítico Enrique Sepúlveda escribe en El Nuevo Mundo:
Mancinelli aplaudía la noche del estreno como un claquista dislocado. Saint Saëns elogiaba con verdadero entusiasmo a Chapí, que lograba así una espontánea alianza franco-italiana.
El no menos conocido crítico Cecilio Roda no pierde la ocasión de comentar para La Época tanto el estreno de Chapí, como las frases atribuidas a Saint Saëns.
[…] No sé si es exacta la frase que se ha atribuido a Saint-Saëns sobre la música de La Revoltosa. Tuve anteanoche el gusto de estar al lado del gran maestro francés durante el estreno, y nada le oí decir. Pero aunque lo hubiese dicho, no estoy conforme con él. Bizet es Bizet, y Chapí es Chapí. La ópera Carmen es española para los músicos; no es española para el pueblo. La música de Chapí es española para todo el mundo.
[…] Chapí es así. Derrocha el arte a espuertas: pone en una obra chica más arte, más poesía, más talento que otros de por ahí fuera en obras más pretenciosas y con más hinchazón. Es preciso concluir y dejarse en el tintero mucho y mucho bueno que quisiera decir de la música de La Revoltosa. (C. Roda).
Finalizados sus compromisos profesionales y cortesanos en España – no sin por ello haberse librado de recibir críticas tanto de los sectores católicos españoles más recalcitrantes, como de los republicanos franceses – a finales del mes de diciembre de 1897 un atribulado Saint Saëns deseoso de recuperar una existencia más tranquila, no duda en desplazarse a su adorada Cádiz para desde allí tomar a los pocos días un barco que le conduzca a Las Palmas.
Arribará el día de Navidad de 1897, comenzando su cuarta fructífera y reparadora estancia invernal en la isla. El 26 de diciembre el coro y la orquesta de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas le da una serenata en su hotel. No va a abandonar Canarias hasta comienzos de abril de 1898, en secreto y muy a su pesar, motivado por los tambores de guerra y los avisos de una posible invasión por parte de EE. UU. de las islas Canarias. Pero esa interesante historia la contaremos otro día.
Texto © Dionisio Rodríguez.
Todos los derechos reservados.
Citas facilitadas por Hemeroteca
Fotografía de Saint Saëns © El Museo Canario
Resto fotografías facilitadas por la Biblioteca Nacional