
Un soldado sobrevive por casualidad a un salvaje bombardeo quedando solo y aislado en su trinchera. Desquiciado por la soledad, su locura le empujará a entablar una insana relación con el cadáver mutilado de su sargento. En él hallará el valor y la pericia para enfrentarse al enemigo, pero también una sinceridad cruel que le arrojará al mayor de sus miedos: ¿de verdad merece sobrevivir y volver a casa con los suyos?
Nos encontramos ante una odisea psico-bélica que se sumerge en las tinieblas de la soledad atravesando la demencia, la culpa y las ansias de redención ante la muerte. Una transformación a través de lo irracional, pues cuanto mayor es la locura del soldado, más humano se revela. Desde la crudeza del sargento, parece percibir el verdadero significado de una vida desperdiciada, de una existencia que aparenta escapársele de entre los dedos y que, sin embargo, será esencial para afrontar su destino.
Pero no todo es introspección, más allá de la mente del protagonista suceden hechos de trascendental importancia para la supervivencia, ya que el enemigo no deja de acechar. Dosis de acción bélica, narrada mediante una hipnótica mezcla que conjuga realismo y lirismo con el más ágil de los ritmos, inundan el texto de una tensión constante, apenas sin espacio para coger aire. Tan sólo en los tiempos muertos —nunca carentes de interés— hay hueco para la reflexión, y por ende, para abrir el abanico a otras temáticas: la guerra, el papel de occidente, la religión, la responsabilidad familiar, etcétera.
Todo descrito de manera exhaustiva pero liviana a la vez, con una narración intradiegética que consigue que la subjetividad invada al lector para identificarse con el protagonista, sin olvidar el destacable manejo de unos diálogos que, al margen de caracterizar a los personajes, logran aguantar el peso de la historia durante los tramos más decisivos de la novela. Un estilo cuidado que al principio incluso puede abrumar, aunque conforme avanza el texto uno se amolda a él como quien se deja llevar por la marea, flotando despreocupado en su prosa.
En resumidas cuentas, estamos ante un agradabilísimo descubrimiento cuya profundidad, hermosa y desgarradora, nos envuelve de forma inevitable. Para cuando queremos darnos cuenta, casi por sorpresa, la novela ya ha tocado a su fin, dejándonos con ganas de más. Sin duda merece la oportunidad. Muy recomendable.
Adil Kherazi
Texto © Adil Kherazi 2019
Todos los derechos reservados