Poesía

Raúl Campoy presenta su libro “Etanol Mortis”

Raúl Campoy

spacerEl poeta Raúl Campoy presentará el sábado 8 de marzo a las 20.00 horas su último libro Etanol Mortis. Será en María Pandora, Madrid. Participarán el poeta y traductor Ahmad Yamani; Alexander Pewló (especialista en instrumentos turcos y sefardíes), del grupo Kelebek, que tocará el Yayli Tanbur y el músico Giovanni Collazos con el Cajón Peruano.



RAÚL CAMPOY GUILLÉN

(Madrid, 1978)

Ha publicado: Los dientes del reloj, Ed. Atlantis (2008) y Donde casi amanece, Ed. CELYA (1ª edición 2010, 2ª edición 2012). Sus dos libros han sido seleccionados en listas (Qué leer, Madrid Press…) de los libros más destacados de poesía del mismo año en que salieron (2008 y 2010).

Ha sido seleccionado como uno de los ganadores en el III Certamen del Día Internacional de la Poesía en Segovia 2012. Ha sido el ganador del Premio de Poesía Internacional “Sacra Leal Domínguez” 2012. Ha sido el ganador del XXVII Premio Nacional de Poesía de Moriles 2013.   Ha sido publicado en numerosas revistas de ámbito nacional e internacional, así como en numerosas antologías nacionales y extranjeras.

A nivel internacional, ha participado en el XV Festival Internacional de Poesía de La Habana (Cuba); en el Festival Internacional de Poesía de Copenhague (Dinamarca) 2011; en el V Encuentro Internacional de Literatura Tres Orillas en Canarias; en el VI Festival Internacional de Poesía, Palabra del Mundo y en el Festival Internacional de Lima, FIPLIMA (Perú) 2013. Sus poemas han sido traducidos al danés, al inglés y al árabe.

Recientemente, ha salido su tercer libro Etanol Mortis, con la editorial Olifante Ediciones (2013).



POEMAS



Presentamos a continuación dos poemas de ETANOL MORTIS, dos poemas inéditos y cuatro poemas más de los libros anteriores de Raúl Campoy, Los dientes del reloj Donde casi amanece.




(Día después)

ANOCHE dije muchas verdades.
Cuanto más bebo más se abre
la piña de la mente, su racimo de balcones.
Anoche te dije que te quería,
ciertamente,
como los guijarros clavados
en tus pies desnudos.
Bien, mi voz me ha cubierto de hojas.
Sí sirve beber.
Calienta el amor,
nos curva en la caracola del amor.
Decir es sentir porque es decidirse a decir algo.
Sí sirve beber.
Y si alguien dice lo contrario es
porque sus verdades son otras.
Pero hay que recordar
que todas las verdades sirven porque son verdad.
¿O acaso alguien puede vivir
creando vestidos para una sombra?
Sí sirve beber.
Beber no es algo falso.
Lo falso es nuestra mente o nuestro cuerpo:
que no nos sirve para beber.

Del libro Etanol Mortis (2013)

 

(Sobre el alcohol)

EN poca cantidad eres
una llave sin acierto en la boca de un pájaro.
Por eso no tienes término medio.
Eres un riesgo.
Tú no llenas como una costumbre en un espejo,
tú no rascas la piel del mar.
Tú haces aguadillas a los árboles.
Por eso cuesta encontrarte,
como si al cazarte fuera yo
un felino con neopreno.

Hay que beberte
metiendo un sol al fondo del vaso y
con la intención de conseguir dar
pellizquitos a los cristales.
Eres un riesgo en la palabra riesgo.
Es mejor no pensar para pensar en ti
y pensar en ti para no pensar en nada.
Así llego donde no llego
y me miro a mí desde sin mí.
Y me echo una siestita en la libertad
y sonrío como la hoja que
sabe que va a moverse por el viento
y no sabe cúando ni por qué.

No es un problema de beberte
en determinada cantidad
o si uno es alcohólico o no lo es
o si la humanidad se parece a la mujer de uno
o a la mujer de otro…
O si alguien tiene problemas de vivir
por haber vivido.
Mejor así.
Porque sólo es un problema de inquietud
en la inquietud,
de las personas que se sienten
como una trompeta envasada al vacío.
Y claro que es cierto que la existencia habla suave
y que la inexistencia contesta con nota de mudanza.
Esto ya lo sabemos. Sabemos tantas cosas…
Todo lo dialogamos.
A todo pájaro le ponemos un pie encima.
Es decir,
¿entonces por qué beber?
¿y cómo encontrarte
si no hay ningún método de encuentro?
Una bella mujer se ha asomado a la terraza,
¿y cómo sé que es bella?
¿y quién dijo que lo fuera?
¿y por qué uno teme y ama los silencios de un mar hacia un puerto lejano?
¿y cuándo la poesía se escribe a sí misma?
La vida es un tiempo al mismo tiempo
y se contesta contestando
y se la responde respondiendo.
La vida verdadera tiene la certeza de ser absurda.
Vivir es un riesgo hacia la muerte.
La muerte es un riesgo hacia la muerte. No tiene riesgo.
Todo aquello que vive, vive con riesgo
aunque no quiera.
Mejor será afrontar el riesgo con riesgo
o mejor dicho:
Siendo uno mismo con uno mismo.

Del libro Etanol Mortis (2013)

 

EL INCONTINENTE MUNDO
DE ABLANDAR ESPADAS

Como tirarse a pedradas las lunas del universo,
así reía;
con un bañador de licra estirado dentro de la faringe,
así reía, reía y la saliva se reía, reía
y los dientes se reían, reía y la lengua se reía,
me reía de mi boca
y mi boca se reía de mí, me reía de tanto oírme reír
y entonces los oídos se reían
y entonces me reía dentro de todas las caracolas del mar
y entonces el dolor
llegaba a sonreír.

Reír…
¿Dónde estoy ahora yo riendo así?

Era mi juventud:
espalda suavísima, cabellos muy largos de mujer
entre dos calas magníficas.
Eran mis amigos en mí. Se me sumaban
como mis neuronas con faritos marinos.
Los mismos amigos que aquellos
que van por allí, al mismo tiempo pero distintos
como los ojos de un camaleón.
¿Hola? No. Un abrazo que chapotear.

El tiempo pasa
y las miradas se llenan de tuberías,
de crustáceos fofos.

¡Venid!
Un imán es la cara más pesada del mar,
así debemos vivir la amistad,
como se vive sin crema solar
dentro de un mejillón.
Sigamos riendo con boca de buzo,
hace tiempo que todo se ha vuelto
demasiado interesante,
demasiado caja de tabaco bien puesta,
demasiado yate en la postura,
demasiada compostura
que parecemos esqueletos de avispas.

¡Mirad!
El mundo se ríe por nosotros,
en oleajes, en vientos, en tempestades, en lluvias,
en insolaciones, en terremotos, en erupciones, en aludes,
en desprendimientos.
Reír es el movimiento de la amistad.
Y yo hablo de mover hasta los dientes.

Os quiero
y me parto de risa cuando os lo digo
porque no hay nada más serio que
cuando dos amigos se ríen.
Cuando dos amigos se ríen se recuerdan
estando presentes,
se recuerdan incluso antes que el recuerdo.
Porque cuando dos amigos se ríen se despiden,
ellos saben que cuando falten
este será su más intenso recuerdo.

Reír es presentir que los pájaros
tienen escondites en las alas
para poder volar,
pero también son sus ojos
una vez volando.
Reír es sentarse en las sin sillas de todas las cosas.
Reír es amar a carcajadas, a destiempo
y es sin posesiones y no es de nadie que no quiera reírse.

Reír no se contiene y nos deja sin contenido
por eso es la sabiduría más sabia.
Porque riendo, sólo riendo
salimos de nuestro ser sonando como si saliéramos
de una trompeta.

(Inédito)

 

EN MEDIO DEL SER Y DEL NO SER

Las mujeres nacen muy nacidas en ellas
y por eso crecen lentas como los secretos y por eso viven
tiradas en la cama de sus cabellos.
Toda mujer es una mañana en flor, aunque toda mujer
también es una flor muy solitaria
en una mañana.
Las mujeres te miran como los mares a caballo.
Las mujeres tienen una voz que refina un color.
Una mujer te besa como un libro en medio de tu mente.
Dos mujeres te hablan como descascarillar planetas.
Tres mujeres se abrazan en la luz
con los ángulos de mil sillas diferentes.
Cuatro mujeres te pueden llegar a cambiar el sexo.
Cinco mujeres son demasiado, van
a la velocidad del infinito. Son pensadas sólo por los dioses.
Cinco mujeres pensando forman un diamante muy duro
que se raya con una mariposa.
Las mujeres son suaves
como un mármol con el vello en punta.
Las mujeres son frágiles y cuando lloran
algo nuevo se oye en la voz del viento.
Las mujeres están partidas
en los mil pedazos de la sensibilidad.
Su sensibilidad es una playa de piedras riéndose a carcajadas
entre ola y ola.
Las mujeres son más bellas que los horizontes dinamitados.
Sus senos nacieron fuera de la noche y el día.
Cuando abren sus piernas
huelen las raíces de los bosques.
Me gustan todas las mujeres
porque nacieron de la hemorragia de un crepúsculo,
de ahí su sangre tan caliente como los veranos al sol.
Su delincuencia son sus glúteos moviendo sus mochilillas
por sus trescientos cuarenta y cinco formas de ladera.
Su inteligencia es un látigo larguísimo
chascando larguísimamente.
Todas las mujeres tienen en algún punto del rostro
un ecualizador para el ruido de la lluvia.
Las mujeres corren y corren hacia la tristeza
como si los pájaros pronunciaran sus nombres en la noche.
Corren y corren por el pensamiento
hasta llegar a la discoteca donde bailan las estrellas.
Corren y corren por el miedo y eso hace que
huelan a llaveros en las axilas.
Corren y corren por el amor
como un silbido entregado en otra boca.

Cuántas cosas más por decir de las mujeres
y hasta nunca no diremos nunca nada, porque
todas las mujeres son la media hora antes
de todas las cosas.

(Inédito)

 

 

 

(Escaso es)

Raúl llegué a ser,
no sé Irene,
si Irene fue en él,
si fue una parte de si,
si mi madre es otra parte de su,
si mi padre orilló desde aquel,
si mi hermana es toda ella sin fui.
Esther llegó en el vos,
continuación de ellas en tú.
De ti queda algo de soy,
si miro hacia atrás no es a mí
y seguir es no seré.
¿Para qué todos ellos y a quién?
Si he sido siendo sos.

Del libro Donde casi amanece (2010)

 

(Eyala)

Ya sólo entro a las puertas
con la diagonal de mi cuerpo.
Por respeto
a la raza sombra. Su sombra
es la raza piel.
Ya no me quito los zapatos
y los tiro como dos barcos
hundidos.
(Ellos bailan hasta aflojar el rencor.)
No como ya,
sólo como.
(Hay ojos blancos buscando ser
dibujados.)
Ya no duermo sin grillos
ni descalzas imágenes.

Hay un continente mirándome de reojo,
y otro, por donde mis pies
pasean la vergüenza.

Del libro Donde casi amanece (2010)

 

(Móvil)

Llegará un mensaje que dilate el silencio,
un mensaje que abra un aplauso en mi boca.
Vibrarán mis manos en mayúsculas,
cuando recorra sus palabras de carne
y encuentre en su agonía,
el sexo del idioma.

Del libro Donde casi amanece (2010)

 

 

NO ME INTERESABA JUAN GELMAN

Eran sus ojos?
Su silencio de libro inacabado?
Su piel de diario perdido, de árbol ya inexistente,
de fotografía sonora por la rigidez amarilla?
Fue su mirada de pasados presentes?

Disculpe Juan Gelman
pero la perseguía.

No sé que fue.

Tristeza. Tangos infinitos.
Inquietud de pasajero. Palabras.
Tragos de salivas negras.

Definitivamente eran sus ojos;
vi en ellos presión de sillas, de pies inflamados,
nubes pesadas de ser lluvia,
sudores amargos de almohada.
Entró en mí su humedad;
recogí sus colores,
mil palomas de ocres.
Recogí su aceite viejo como una miel deshidratada.

Algo se fue con ella:
parte de mi voz: parte de mi azul.
Me presentó la vida
como el incendio que se apaga con las manos.
Así me quedé:
con la inmunología aplastada,
escondido en mis extremidades.

Extraño mundo los ojos.
Extraño mundo sensitivo.
(El corazón negro silba,
inevitable,
deshabitado a veces también.)

Esa mujer dio después la mano a Juan Gelman
y sentí besos de viento y menta por mi espalda,
mientras recogía las conchas de la ternura
que iban dejando a cada paso
por la playa de sus cuerpos.
De imperfectos que perfectos!
Qué huellas en la arena de sus manos podían ser más profundas?
Quiénes pueden mantener el hojaldre intacto
en medio de un disturbio de años?

Manos de vértice,
uve de brazos.
Uve de victoria,
de victoria callada
como un libro entre las ruinas de una guerra.

Y yo, como un idiopoeta,
sintiendo el qué a quién y por qué.
Yo, que divago por una alternancia de cubiertos y despejados.
Yo, que soy un temblor a cada instante.
Yo, que suelo dar la mano equivocada.
Yo, que tengo ojos.

Extraño mundo los ojos.
Extraño mundo sensitivo.
(El corazón negro silba,
inevitable,
deshabitado a veces también.)

Qué vida de moscas dando volteretas por el cristal.
Qué mundo separado de carnes
de tristezas y alegrías.
Cuántos ojos mirando
envejecidos como frutas
obligados a mirar
para no mirar nada.

Debería haberme hecho fotos con Juan Gelman.

Del libro Los dientes del reloj (2008)

 

 

TORNILLO

Voy dibujando la rosca de un tornillo con cada gesto y el tornillo gira, y yo vivo en su hipnótico metal y como una tuerca me paseo por la rosca y el tornillo gira, y perdido en su cilindro a veces hay holguras de pared por donde visito lo que amo y el tornillo gira, y vuelvo enroscado, punzante en este sonido inacabado y el tornillo gira, y giro forzado entre paredes y giro loco y el tornillo gira, y me oprimo entre hélices con ojos nauseabundos y el tornillo gira y el tornillo avanza, y todo me sabe a caracoles, a ovillos enloquecidos como un Michael Jackson intratable y el tornillo gira, y entre esta revolución de alcoholes sin remedio, entre este apretarme y soltarme sin remedio, mientras el tornillo gira, me asusto de mi mismo: de ser yo mismo el destornillador.

Del libro Los dientes del reloj (2008)

 


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