Decíamos ayer... Música

Bebo Valdés, se retira el más joven del solar

Bebo Valdés

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Con nuestro brindis más entrañable, decimos hasta luego a nuestro querido Bebo.

Recordamos a nuestro Socio de Honor con este vídeo de la película Calle 54 de Fernando Trueba seguido de la entrevista que publicamos en 2004.


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Bebo Valdés, el más joven del solar

por Luis Miguel Madrid

Bebo Valdés tiene las piernas largas y aunque no baila, marca muy bien los pasos, por eso sus movimientos son definitivos y cuando pega un salto lo hace a lo grande. Como de Cuba a España por ejemplo, o de Madrid hasta Estocolmo o de Europa a Broodway o desde allí a Brasil. Su pértiga se llama “Piano”, a ella anda agarrado a sus ochenta y seis años, no dejando de brincar más que para mirar de reojo la colocación del listón de su siguiente salto.

Bebo, con su dorsal “ochenta y seis” sigue siendo una promesa repitiendo el acto de estallar. Ya lo había hecho a lo grande con aquel disco de Paquito D’ Rivera pero la bomba sonó mayor con el tandem que Fernando Trueba se inventó después de Calle 54 asociándole con “El Cigala”. Lagrimas negras ha obtenido dos discos de platino, premios de todos los colores, tres cientos de miles de ventas y sobre todo, el reconocimiento homogéneo de público, crítica, árboles y otros seres con la facultad disponible del oído. Mientras perdura el eco y se retoca la continuación, Bebo ha dado una doble explosión que le ha servido para recolocar una buena parte de sus notas y de sus sentimientos. Su último disco, Bebo de Cuba reivindica el recuerdo musical de todos sus saltos, se trata de una transfusión sonora (vena-orquesta) en la que el propio Bebo ejerce de varios elementos y al final estalla en el sueño de su propia vida. Por él va dando brazadas un “cedé” llamado El solar de Bebo, tiene cuerpo de noneto, alma popular y extremidades variadas, relacionadas con el musical de “Broadway Astaire”, la guaracha, el son, la conga o el bembé. La otra parte del sueño es otro “cedé”, Suite cubana, que le retrata de chaval con zapatos nuevos. Bebo se hace ahora capitán de una maravillosa “Big Band” de la talla 22 desde donde sonríe al éxito con la misma intensidad que su viceversa. Las fugas, contrapuntos o el jazz cariñoso le ponen bailarín y ensimismado con su propia sangre, la que le trae las notas sin distrito del centro de la Habana o de su risa de danzón.

Sus otros saltos tampoco tienen desperdicio, los compromisos con su Bebo Valdés Cuarteto, la promoción de El milagro de Candeal o un nuevo disco para piano solitario le tienen suficientemente acompañado.

Dice que no tiene tiempo para pensar en el futuro y es natural cuando se tiene un presente inmediato tan plagado de citas con el futuro que diseñó hace tiempo; su diario rebosa del placer que resulta al seguir triunfando a estas edades. Por ello su vivir es no parar, agradeciendo las muecas que le va dejando la fortuna en cada paso que marca y en cada salto que da.

En medio de tanto ajetreo, Bebo Valdés encontró también una tarde para Babab. Con él charlamos y cumplimos con la vieja idea de hacer a Bebo Valdés socio de honor de esta revista.

La conversación partió de la imagen de esa isla que se ve al mirar el rostro de Bebo:

¿Cómo era Cuba en los años anteriores a la revolución castrista?
Los últimos años no fueron muy buenos por la segunda guerra mundial, era un país pobre y corrupto. Con cierto tipo de libertades, aunque los políticos cada año se hacían ricos, como pasa en toda la América del sur. Lula es la excepción. Creo que ese es el hombre que va a salvar a su país…

¿Dónde vivías entonces?
Bueno yo viví en muchos barrios, viví en Yanon, en Santa Amalia, viví en los barrios más populares de la Habana: calle Hueso, en la Habana vieja, que fundaron los españoles… Pero siempre el barrio que más me gustó fue el de la calle Hueso.

¿Cómo fueron tus estudios, el conservatorio?
En Cuba hubo siempre. Por lo menos los que nacimos en La Habana y en las capitales si tuvimos oportunidad de ir, en el campo había problemas, bueno: hubo, hay y habrá para los que no viven cerca de las capitales… Yo no sé ahora, pero hasta que yo me fui era problemático para los que vivían a más de 4 o 5 kms. de la escuela. Allá por los años veinte, recuerdo que hubo un ciclón y que las escuelas estuvieron mucho tiempo cerradas… yo perdí un año. Pero lo que tuvo aquella época de bueno era que en la escuela y las universidades yo nunca pagué ni un centavo, lo pagaba el gobierno, aunque no eran las mejores escuelas, como las de los que tenían dinero, pero eran buenas. El primer maestro que yo tuve era español, se llamaba Amadeo Roldán. Recuerdo también que Albéniz vivió allá unos años, antes de que naciera yo, y muchos más españoles… sobre todo gallegos, son los que más han emigrado a América y siempre han sido los más ricos porque son muy trabajadores. Los catalanes también, pero los gallegos, al ser los primeros cogieron los mejores puestos, hicieron familia y se quedaron.

Bebo Valdés dirigiendo a su Big Band en el festival Galapajazz 2004 (Madrid)

 

¿Cómo era La Habana en aquellos años… con barcos?
En realidad barcos no hubo muchos… Había unos barcos grandes para el café, para exportación, pero no tenían mucho negocio.

Pensaba en una Cuba con mucho comercio…
Si, bueno, Cuba está llena de puertos porque es isla, y tenía comercio. Pero generalmente ese asunto lo gobernaban los barcos americanos, muy grandes, llevando su mercancía. En realidad, yo estuve en Canarias en el 72 ó 73, uno de los últimos años en que ya mis hijos estaban creciendo ahí, y vi una flota de barcos cubanos. Me llamó un amigo cantante que se llamaba Sergio Martín, y me dijo: ‘vamos a que te enseñe una cosa’, y vi por lo menos 25 o 30 barcos cubanos, modernísimos, como nunca los tuvo Cuba. Y resulta que esos barcos, según dijo uno de los marineros, nunca llegaron a Cuba, la materia la vendían en alta mar a los rusos.

¿Y la pesca?
En Cuba no hay pescado, aunque tiene los mares y una flota pesquera… pero no la tiene. Cuando yo vi los flotes… ¡eran nuevos!. Se los vendería la Unión Soviética a precios bajos,… no sé cómo lo harían.


Bebo simula que toca el piano mientras dirige

¿El comunismo hizo empeorar tu forma de vida?
Antes de la revolución no… pero cuando entró, si. La revolución quería triunfar. Para triunfar tenían que eliminar todo lo que no fuera revolución. Entonces hicieron un país sin ley. Con leyes de revolucionarios, y con ellas gobernaron haciéndose fuertes, y fuertes…

¿Tu individualidad no iba con aquello?
Bueno, eso fue una copia de Rusia: el que manda, manda hasta que se muere, y después, vuelta a empezar. La política es para los políticos y no para los pueblos. Yo sé que los libros… los libros son una maravilla pero en realidad no sirven. Ni en Rusia y menos en Cuba. Desde el muro para acá, Cuba se jodió. Porque antes, a ti te cogían con un dólar y te echaban 20 años preso. Y mira ahora… decían que Cuba era un prostíbulo de los griegos, … ¿y ahora de quien es, … del mundo entero? (risas) Quizás esas sean las cosas que a mi me joden de los políticos, porque la prostitución es el oficio más grande que ha dado la humanidad, en bien de todo el mundo, siempre hubo esa profesión. Para qué ponerse ahora de ángeles…

Quería que me hablaras de los cambios en tu forma de vivir
Mira, yo sé que no puedo volver a Cuba.

¿No has vuelto desde entonces?
No, hace 44 años que no he puesto un pie en Cuba.

¿No puedes volver?
Yo puedo volver si soy invitado por el gobierno. Me fui de allí porque no me gustaba el régimen, ¡cómo voy volver si es el mismo régimen!, entonces… ¿por qué me fui? Sería un cinismo volver allí.

Una cosa es la política y otra la familia, los amigos…
Todos mis amigos se han muerto y mi familia se marchó. Yo tengo 85 años… además, yo estaba muerto en Cuba. Ahora he renacido allí, me han hecho homenajes, han puesto mi nombre… Eso porque les conviene, ‘Lágrimas Negras’ ha vendido millares y millares de discos, eso es sacar dinero que entra en Cuba, porque el compositor es cubano. Miguel Matamoros ha muerto pero como es cubano y está en la sociedad de autores cubanos lo cobran ellos. Es cuestión de (se frota el dedo gordo con el índice), …es cuestión de dinero. Yo quiero a Cuba porque es mi país, decir lo contrario no puedo, no odio a los que están, pero al régimen no lo soporto. Por mi condición de cubano, por las condiciones de mi familia, de casi todos nosotros, ¿cómo es posible si todos hemos luchado para tener una constitución, que venga un individuo, y no haga una cosa popular, de todos?… Si votan eso, está bien, pero sin votar, sólo porque es la revolución, tienes que hacer lo que él te diga. Mira yo te regalo la derecha y la izquierda, una opresión al máximo, lo mismo da de izquierdas que de derechas. ¿Tú sabes como lo llamaría? Ahora no me acuerdo de la palabra… ¡galimatías! (Riendo con ganas, sincero, sencillo, pícaro, ingenuo)

¿Galimatías?
(Riendo) Sí, galimatías, un lenguaje oscuro, que no se sabe lo que es. Mira, que Cantinflas podría ser el mejor presidente del mundo. Cantinflas hablaba de un sobrino y no decía nada… De verdad… (Vuelve a reir)

Tras salir de Cuba terminaste viviendo en Suecia. ¿Qué tal se vive en un sitio tan frío?
Te voy a decir un viejo refrán español, que dice lo siguiente: “Cualquiera por su mejoría, su casa dejaría”. Cien por cien español. ¿Oíste? (Riendo)

¿Cómo imaginas la vida en Cuba hoy en día?
Bueno, en Cuba ahora hay mucho malestar, mucho, mucho malestar, lo que pasa es que no sale. Pero hay mucha gente presa,…

Supongo que se juntará un poco de todo, las necesidades básicas, los embargos, EEUU…
Antes podían ir a EEUU todos los cubanos que quisieran. La mayoría era gente que salió después del 1960, dejando a la familia y amigos. Yo salí hace 44 años pero nunca fui a EEUU. No tienen el mismo sentimiento que yo. Yo no tengo ningún sentimiento contra nadie, a mi lo que no me gusta es el régimen. No me importa quien gobierne, pero no quiero ese régimen. Ya está. Puede gobernar quien sea si sale de unas elecciones populares. Quiero mis derechos de ciudadano, mi constitución y no voy a dejar que nadie me indique lo que tengo que hacer. Y esto nadie me lo va a tirar por el suelo.

¿Falta tolerancia?
Tolerancia es otra cosa. A mi lo que no me gusta es que nadie me diga que no puedo salir por la puerta.

Al saltar a España en esa época tampoco encontrarías la panacea…
Bueno, en todos los lados ha pasado más o menos. (Risas) Yo no quiero acusar a nadie. Yo lo digo y punto. Ya lo sabemos… siempre que haya dictadores va a pasar lo mismo.

Entonces, ¿qué tal fue aquella experiencia?
Bien, pero en realidad, no me siento de España. Es como si tu fueras a Cuba, … tampoco te sentirías cubano.

¿No te suena bien “Bebo de España”…?
¡Ah, bueno!… (risas) Me suena a oro. En realidad tengo raíces españolas…

Hay una querencia en España muy grande por Cuba, representada ahora por turistas, inversiones, hoteles …
Si, pero te quedas corto, hay islas que son sólo para españoles

¡Es que no fue fácil conformarse con perder Cuba!
Antes de que sucediera esto las mejores tiendas eran de los españoles, además, nuestra cultura es española, el idioma, la comida… Con el calor que hace, en Cuba se come cocido, caldo gallego, potaje o fabada asturiana.

¿Qué pasará en Cuba después de Fidel?
Creo que debería haber una intervención de la ONU porque si no va a ser un desastre, la venganza que va a haber va a ser mucho peor que lo que hay, … ¡pero mucho peor, aunque ya está malo!. Yo pertenezco a los grupos que no viven en Cuba, que viven en Miami, no lo niego, yo sé que es mejor que no subamos, que haya una intervención de aquí, de Europa o de América, o de donde sea pero que se metan en medio de los dos grupos para que no se junten porque va a haber venganza. Hay mucha muerte y muchas cosas pendientes, muchos juicios que no se han celebrado…. hay mucha guerra, que si el padre, que la madre, los que perdieron lana y quieren cobrársela…, y eso hay que olvidarlo, pero hay grupos que nunca van a olvidar. Lo hecho no se puede revivir, lo hecho está hecho, es historia, y si vas a revivirlo vas a tener una mala historia del carajo. Yo estuve hablando con un muchacho que se fue de Cuba, es médico, nació en el 75, y no conoce la historia de Cuba porque allí no se la enseñaron, la quitaron de los libros de historia. En las escuelas, la historia de Cuba empieza en 1959, los que son criados así hoy no saben la historia de su país, porque el gobierno no quiere, … ¡vaya manera de gobernar!… Así es que hay jóvenes que sin ser analfabetos, siendo profesionales, no saben qué es Cuba, es increíble pero es verdad. Además son 45 años de pena política, han nacido dos generaciones que son “de ellos”, que no saben nada de lo que está fuera y creen lo que les dicen.

En este otro mismo mundo, la música de Bebo prolonga sus éxitos a diario. El adorno de una edición especial y limitada de los temas que toca junto a “El Cigala” junto a un DVD, “Blanco y Negro” acaba de aparecer con el título de Bebo & Cigala, en vivo.

Bueno, ahora, después de tanto éxito con ‘Lágrimas Negras’ ¿habrá un segundo álbum, no?
Eso está en la mano de Trueba, yo creo que sí. Pero no se puede hacer porque eso tiene que… mira, hace un rato estaba hablando de eso: el disco ya salió en Venezuela, en Colombia, en Argentina; salió en EEUU, en Francia, en Inglaterra, ahora va a salir por otras partes del mundo, por lo menos va a durar dos años más y aquí sigue vendiendo todavía. Entonces, mientras el disco viva, no se debe hacer otro.

Pero hay que ir preparándolo…
Bueno, eso si se ha hecho: 15 o 16 canciones. Yo las tengo para hacer los arreglos, pero tengo que esperar a que mi jefe y el de la compañía digan algo. Hasta que no me digan, no hago.

¿A quién se le ocurrió la idea?
A Fernando Trueba. Todo, todo es de Fernando Trueba.

Buena idea…
¿Tu has visto la Calle54, el documental?

Sí.
‘Lágrimas Negras’ lo tocamos Cachao y yo, a piano y bajo solo. Diego lo vio y le encantó. Habló con Trueba, que me conocía a mi de Miami porque su padre era abogado de la sociedad de autores, así conozco a la familia. Después vino la BMG, presionando, y no tuve más remedio que ceder.

¿Y ahora?
Yo soy un balón, como te estaba diciendo, de aquí para allá. Tengo tres jefes. (Risas) Te digo la verdad. Ahora tengo que ir a Brasil porque se estrena la película, pero también ese mes, ese mismo día hay una promoción en los Ángeles y quieren que vaya la BMG, y voy a ver si puedo partirme en dos y puedo estar en Miami y en Bahia a la vez … ¡mira a ver!… (Risas) Mira, piénsalo bien. (Ríe orgulloso, convencido de que estará en todos los lugares que sea preciso)

Yo estoy seguro de que lo harás… 
Mira, un serrucho por la mitad y dos partes…

En verano se publicó el doble CD, “Bebo de Cuba”, un importante trabajo que incluye una entrevista en DVD junto a un largo paseo por la música que más ha ido marcando a Bebo

¿Qué tal marcha tu Bebo de Cuba?
¿Has leído la critica? … Ha sido muy buena, mejor no puede haberla. En noviembre hubo muchísimos conciertos y el año que viene, más. También tengo un cuarteto que no tiene que ver con Diego, el Cigala y tengo alguna promoción con Diego en Calle 54, así que va a haber mucho trabajo.

Las contradanzas son algo especial…
Esa es la verdadera música cubana. Y siempre las toco solo, no uso a nadie. Además son muy auténticas y muy bien trabajadas. A él, a Manuel Samuel Rodrigo, le llamábamos el padre de la música cubana. Después vino Cervantes y después Lecuona… y el padre no era ni cubano, era canario de Tenerife.

¿Nos puedes contar algo de la historia de la danza y contradanza?
La danza y la contradanza son del tiempo en que gobernaban los españoles. Esa mezcla con el ritmo viene después. Desde 1879 la caída de la danza y la contradanza, que se bailan de cuadro, pero con la llegada del danzón, los bailes en que las mujeres se abrazan y se baila con las manos unidas, luego los hombres se abrazan a las mujeres y eso tumbó a todo lo demás (risas)…. ¡eso fue lo que pasó!

La música cubana se va conociendo de a poquito, desde el trío Matamoros… 
Te voy a decir una cosa: el primer ritmo cubano bailable fue el danzón, en 1920, Matamoros fue el primer cubano que grabó un número que se llama “El que siembre su maiz”, –en Nueva York, porque en Cuba no había plantas de grabaciones- , fue el primer cubano que triunfó. La segunda, Rita Montanelli, el tercero, Machín. Siempre salieron cubanos, pero Miguel Matamoros fue el que rompió, era santiaguero y por medio de él entró la danza y la contradanza en Cuba y también vino la lana. Dicen que Miguel Matamoros no sabía música pero era un compositor divino, lo mismo de letras que de música. Además era amigo de mi papá. Fue un genio, el primer guitarrista que no rayó, que punteó … no sé como ustedes lo dicen…

Así, … lo decimos igual
¡El primero que punteó! Así que parece que tenía alguna técnica, que no era verdad que no sabía música, parece que alguien le enseñó, pero era un compositor natural de esos que hacen letras lindas, tiene cerca de 1000 números compuestos.

La penúltima historia de Bebo sucede en Brasil. Se trata de su participación en la última película de Fernando Trueba, El Milagro de Candeal, que como todas sus historias, es vivida de forma categórica
Es la historia de una parte de Brasil llena de chabolas, criminales y asaltadores que se ha convertido ahora en un lugar en que puedes salir a cualquier hora de la noche y el día y nadie te atraca, los niños tienen escuela, tienen estudios, tienen comida gratis, hay hospitales, hay de todo y pueden estudiar lo que quieran. Esto lo llevan unos cuantos brasileros, buena gente ellos: Carlinhos Brown, que le podríamos decir, el padre; Caetano Veloso, que no es igual pero está ahí; Gilberto Gil… una serie de personas que tienen poder y han hecho que hoy aquellas personas que vivían en chabolas y no tenían agua común, ahora la tengan, y aquellas personas que no tenían servicios sanitarios, lo tienen, y aquellas personas que no tenían nada que comer, tienen que comer. No será, como dice Carlinhos, “dieta balanceada”, pero tienen qué comer, y los niños tienen de todo. Yo siempre le dije a él: si en Brasil, que tiene 180 millones de habitantes, hubiera 1.800 brasileños como tú, que se ocuparan del país, verías que el mundo iba a cambiar, cambiaría Brasil y cambiaría todo el mundo. De eso es de lo que va la película, es una obra divina, de humanismo, de un hombre que nació pobre y que vivió como vivían ellos: Carlinhos Brown. Hay que verlo para creerlo, como Santo Tomás: ver y creer.

Los brasileños cuando se ponen, se ponen de verdad…
Lo que pasa es que son gente brava y muy nobles y muy duros, cuando tienen que echar palante… son bravísimos, hasta las mujeres, (risas)

La conversación terminó como era inevitable, entre risas y prisas por llegar a una cita con Trueba al otro lado de la capital: “Yo conozco bien esto”, le escuchamos decir mientras galopaba camino de la Gran Vía.


Texto, Copyright © 2004 Luis Miguel Madrid
Todos los derechos reservados.

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