Por Armando G. Tejeda
En una imagen real, vista en la ciudad fronteriza de Nogales, está el origen de esta exposición: un anciano con el pelo raído, largo y blanco se arrastraba por las calles de la ciudad y se peleaba, sin fuerzas, con un perro por un pedazo de tortilla. Es una metáfora de la la frontera. Del norte de México, de la severidad del capitalismo llevado al extremo que se contempla con nitidez en Ciudad Juárez. La ciudad que inspiró la exposición Proyecto Juárez, que se inauguró hoy en el prestigioso centro cultural Matadero de Madrid y en el que se muestra la crudeza del México fronterizo, con su violencia e intensidad, con sus sonidos y silencios.
Proyecto Juárez es una obra coral, poliédrica, que tiene como origen y final a una de las urbes más violentas y peligrosas del mundo, pero también a una de las ciudades en las que el concepto del sistema capitalista ha sido llevado al extremo, con sus maquilas y su producción industrial. De ahí que la ciudad sea un pozo sin fondo de inspiración para los artistas contemporáneos -mexicanos y españoles- que participan en la muestra, para lo que se les invitó a pasar una o varias residencias en la ciudad. Para recorrer sus calles, para sentir la intensidad de su vida cotidiana, para conocer sin el filtro de los medios de comunicación lo que pasa ahí dentro.
Mónica David, curadora de la muestra, fue quien en el 2006, después de ser testigo de la imagen del anciano peleándose con un perro por un trozo de tortilla en las calles de Nogales, se empeñó en crear un pequeño grupo de trabajo para exponer lo que está ocurriendo en la frontera. A partir de ahí inició un largo y complejo trabajo que culminó en la producción de 14 piezas, que se expusieron por primera vez en el museo Carrillo Gil de la Ciudad de México. “En Ciudad Juárez tenemos un discurso llevado al extremo de forma evidente. Por un lado tenemos esta construcción de lo masculino y lo mexicano, con toda esta historia del pasado glorioso de los héroes de la región y del país. Y todo eso genera un sistema de poder vertical y violento. Es muy obvio lo que está pasando y en Ciudad Juárez se ve aún más claro: en la política lo que prima es la seguridad y el beneficio económico. Y así ocurre en Ciudad Juárez y en el resto del mundo. Y eso equivale a volver a la ley del viejo oeste, donde todo está permitido si lo que buscas es protegerte y ganar dinero”, explicó la curadora.
En las catorce piezas hay referencias a los estructuras de poder más presentes en Ciudad Juárez: el “Estado asesino”, la frialdad y severidad del capitalismo y la producción industrial, las vallas electrificadas e hipervigiladas que dividen y aíslan, la bipolaridad evidente de la riqueza y la pobreza. Al menos eso pretenden, por ejemplo, la video instalación del artista Yoshua Okón, quien creó una maquiladora que exporta risas enlatadas a Estados Unidos; o el proyecto del singular artista español Santiago Sierra -quien ha residido muchos años en México-, que habla de las “palabras de fuego”, en clara alusión a la barbarie de las armas y la violencia endémica. El proyecto es muy simple, con palabras de quince metros de altura -el mismo tamaño de las letras del conocido anuncio luminoso de Hollywood- se escribió la palabra “Sumisión”.
Uno de los objetivos de la exposición es llamar la atención de lo que ocurre en Ciudad Juárez, para que sea visto sin los tópicos habituales, para que también se muestra su vitalidad cultural, su incesante provocación al artista.
En la exposición también hay piezas de los artistas Carlos Amorales, Gustavo Artigas, Artemio, Democracia, Iván Edeza, Enrique Ježik, Ramón Mateos, Antonio de la Rosa, Artur Zmijeski y Santiago Sierra.
Iván Edeza, que hizo una analogía de un cartel publicitario para denunciar la destrucción de los sitios de convivencia de los más pobres, explicó que son su obra intentó “reflejar por un lado la especulación inmobiliaria y la criminalización de los espacios de los pobres. Poner en evidencia el discurso moral de dos caras: mientras estaban demoliendo los bares del centro y las cantinas, en el otro puente, o sea justo enfrente, se estaban construyendo table dance de tres pisos, del estilo de Las Vegas. Eso es muy representativo de la doble moral de la gente del norte, que en el fondo creo que está expandiendo la cultura de lo desechable. Las personas, las mujeres son desechables. Si lees las declaraciones de los comisionados, los políticos y los jueces sobre los asesinatos de las mujeres te das cuenta que no les importa nada”.
Edeza también explicó que ve a “Ciudad Juárez como un experimente de hacia donde va el resto de México y yo diría que el resto del mundo. Es un concentrado de lo que pasa con un sistema tan violento, como es el caso de la mutilación de la memoria, las modificaciones al espacio público, la especulación de la tierra… Es una realidad sin maquillaje. Y que se hace aún más evidente en estos momentos en el que el país está muy tenso a raíz de esta guerra que emprendió Felipe Calderón contra los civiles. Aunque él diga que es contra los narcos en realidad es una guerra de control y de miedo para que la gente viva atemorizada. Es una farsa. Es una guerra contra los civiles”.
Mientras que Ramón Mateos, autor de una pieza compuesta con tres videos en los que es tan importante el sonido que la imagen, explicó que su “experiencia de trabajar en Ciudad Juárez fue muy intensa. Es una historia muy especial, pues es mucho más complejo de esa idea de que es una de las ciudades más violentas del mundo. Eso no es lo más notable, quizá es más importante verla como una ciudad-laboratorio del capitalismo o como una ciudad de complejidades tremendas que tiene profundas contradicciones entre lo público y lo privado. Por ejemplo, Ciudad Juárez es la sexta ciudad del mundo en capitalización internacional -al nivel de Hong Kong-, sin embargo esa entrada de dinero privado no repercute en la ciudad, de hecho la renta per capita por habitante sigue siendo muy baja. Y eso genera unos desequilibrios muy profundos, y es tan notable como lo de la violencia. De hecho es probable que esas contradicciones sean las causantes de la situación de muerte y violencia”.
BOICOT A LA EXPOSICIÓN POR PARTE DEL GOBIERNO
La curadora de la exposición se mostró convencida de que hubo un “boicot” por parte de las autoridades culturales del país para evitar que la saliera de México esta muestra coral que muestra ese México que “tanto incomoda a las autoridades”. De hecho les habían asegurada, a través del Instituto de México en la Embajada de México en Madrid, que recibirían una ayuda económica, al menos algún boleto de avión para trasladar a los artistas. A última hora, y casi sin tiempo para reconducir la situación, les explicaron que “no había salido la licitación”. “Nosotros hemos sabido que había una línea impuesta desde arriba para que no se hable mal de México, que no se toque el tema de Ciudad Juárez, mucho menos en exposiciones de arte que salgan del país. Para mi ha sido casi una hazaña lograr hacer la exposición sin depender de las ayudas públicas y a pesar de los obstáculos que nos han puesto en el camino. Ha habido momentos que nos hemos sentido que estábamos sufriendo un boicot. Y eso es muy triste”., explicó David.
La exposición Proyecto Juárez se expondrá hasta el próximo 13 de noviembre y estará acompañada de un ciclo de video, llamado Framed Juárez, que emitirá obra de artistas de la ciudad.
Texto © 2011 Armando G. Tejeda
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