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Alberto García-Alix, estancia en China: “Los viajes favorecen muchísimo los encuentros”

por Nacho Toro y Ona Wang

Nos encontramos con Alberto García-Alix, el fotógrafo, en Las Tres Sombras, uno de esos galpones reconvertidos en galería de arte, ésta con café incluido, en DashanziEl Prado— una de las áreas de expansión, o de mimetización, o de geminación, dada su proximidad, del Distrito 798, el “barrio del arte” pequinés, la nueva meca del arte chino vía reconversión de zona industrial, acorde con el espíritu de la Nueva China, pues. Dashanzi es, claro, más pequeño y, si se quiere, exclusivo, dada su situación de práctica incomunicación por transporte público -hay que precisar que esta fue una entrevista pre-olímpica, pre-reorganización del metro y los buses capitalinos. Nos recibe emboscado en uno de esos gruesos abrigos militares verdes que suelen vestir los obreros y campesinos de la tierra por cinco euros la pieza. No hace tanto frío y lo lleva medio arremangado y abierto en el centro. El reloj tatuado en su muñeca no nos indica que es mal momento para comenzar a charlar, y lo hacemos.

No nos habíamos visto antes en ningún lado, así que nos extraña verle por aquí, y por eso iniciamos así la entrevista:

Babab: ¿Por qué viniste a China? ¿Cuánto tiempo llevas aquí, cuánto piensas quedarte?
A. G-A.- Venir aquí ha sido un impulso. De momento voy a quedarme quince días más. En total vamos a estar mes y medio. Estoy haciendo aquí una residencia.

Babab: ¿Por qué China?
A. G-A.- Por qué no.

Babab: ¿Habías venido antes?
A. G-A.- Es la segunda vez. Vine hace dos meses, me propusieron volver con esta estancia y aquí estamos. Estamos preparando una exposición en el Reina Sofía para este septiembre.

Nos interesa la información. Inquirimos:

Babab: ¿Es una retrospectiva?
A.G-A.- No es una retrospectiva. Es una narración.
Estamos preparando un vídeo para esa exposición en el Reina Sofía. El vídeo es el hilo conductor de la exposición.

Entra en acción Nicolás Combarro, el comisario de su actual exposición pequinesa y compañero de trabajo en los últimos años. También es fotógrafo:

N.C.- Nos habían propuesto una retrospectiva, pero, como sigue haciendo cosas, pensó que era mejor dar algo nuevo. Ha estado trabajando durante tres años en un guión de una película sobre la fotografía, parte autobiográfica y parcialmente situada en el futuro, de modo que se establece una relación entre el presente y el pasado, así que tenemos trabajos del presente y otros del pasado. La idea es no enseñar fotografías, sino narrar algo.

Algo similar al trabajo An Arbitrary History: River (2001) del artista chino Cai Guo-Qiang, quien representara sobre un río su evolución personal y su diálogo con el público, proponemos y admiten.

Babab: ¿Esta exposición es exclusiva para el Reina Sofía o se va a exponer también aquí en China?
A. G-A.- No, son exposiciones distintas. Habrá alguna obra en común, pero son exposiciones distintas, puede que 30 ó 40 fotos sean las mismas, pero las exposiciones son totalmente diferentes.

Babab: ¿Varían los objetos de tu cámara al venir a China?
A. G-A.- El escenario es diferente.

Babab: ¿Pero varía también su modo de acercarse al retratado, a lo retratado?
A. G-A.- En absoluto.

Babab: ¿Conoces a todos los retratados?
A. G-A.- Normalmente sí, de muchos años.

Babab: ¿Y aquí está pasando igual?
A. G-A.- No, mucho menos, claro, pero el modo de enfrentarme a la foto sigue siendo el mismo.

Babab: ¿En qué estás más interesado a la hora de hacer una fotografía, qué es lo que intentas capturar?
A. G-A.- Eso es lo que yo quisiera saber. (…) La fotografía… siempre hay un camino de búsqueda, un objetivo concreto de retratar.

Babab: ¿Puedes encontrar personajes paralelos a los que pueblan tus fotografías en China?
A. G-A.- Efectivamente. Yo trabajo alrededor de mi vida, retrato mi vida.

Vuelve a intervenir Nicolás, que no viste abrigo militar y tiene bastantes años y fotos menos que Alberto, pero objetivos comunes.

N.C.- Él trabaja alrededor de la gente que integra su vida, las personas que conoce en su vida, los amigos siempre serán amigos, las gentes que él ve como especiales siempre lo serán, estén tatuados o no, sean o no actores porno, no es que él busque actores o actrices porno, simplemente son parte de su vida y por ello trabaja sobre ellos, como sobre cualquiera que sea parte de su vida.

Babab: ¿Qué tipo de personajes has encontrado por aquí? ¿De qué tipo de gente te gusta ser amigo?
A. G-A.- Me atrae todo tipo de gente que se sale de las normas convencionales, y después están las personas con las que me puedo comunicar, ya sea por la palabra, por el sentido del humor, por la complicidad de algún tipo. Para hacer un tipo de fotografía así se necesita complicidad.

Babab: Una respuesta un tanto abstracta…
A. G-A.- La vida es abstracta. El momento es concreto.

Buena respuesta de Alberto a una mala pregunta de Ona Wang, bellísima china con cara de tortuga que conversa a mi tiempo, enviada por una revista de arte taiwanesa. Pienso en hacerle fotos en vez de hablar de ellas, pero reparo en que no tengo cámara y sí labios flexibles. Pregunto, tal vez al hilo…

Babab: ¿Vas siempre con la cámara encima?
A. G-A.- En todo momento. En este viaje tengo deseo de hacer fotos, así que no me separo de ella.

Babab: ¿Has satisfecho ese deseo?
A. G-A.- He tirado muchas fotos, pero ese deseo no se satisface fácilmente.

Babab: ¿Qué te ha gustado más de China?
A. G-A.- Me siento bien aquí. Adoro la luz, la atmósfera. Sólo conozco Pekín, pero amo su atmósfera. Había soñado con esta luz antes.

Babab: ¿Utilizas cámaras digitales?
A. G-A.- No, en fotografía solamente utilizo las cámaras tradicionales. En vídeo ya es otra cosa.

Babab: Das un paso al vídeo en este trabajo que preparas para el Reina Sofía…
A. G-A.- Tengo un corto dirigido por mí y varios como actor, pero es algo del pasado.
Este nuevo trabajo es una narración tal y como yo la sueño. Yo soy un creador, no un realizador. El medio ha sido ahora una necesidad. Estoy haciendo este trabajo para esto (con vídeo) y a lo mejor no vuelvo a utilizarlo más.

Babab: A ti se te clasifica a menudo, lo primero que se dice con frecuencia al nombrarte es: “García- Alix, el fotógrafo de la movida madrileña”. Pero la movida es algo del pasado ¿no? Entonces, ¿es necesaria esa clasificación que se hace siempre?
A. G-A.- La odio. Y además es la clasificación más falsa que he oído en mi vida. Pero no puedo combatir con eso. Para los periodistas es la cosa más fácil del mundo, ponerte esa etiqueta. Es más, nunca hice fotografías como una labor documentativa, como otros fotógrafos, yo viví mi fotografía alrededor de mi vida.

Babab: ¿Crees que podrás librarte de esta etiqueta alguna vez?
A. G-A.- Hombre, siempre hay un cúmulo de necedades que no se van en la vida. Tendré 80 años y alguno me lo vendrá diciendo, seguirá haciéndome las mismas preguntas.
Hablando de eso, yo encuentro que China está viviendo ahora su movida, tiene paralelismo con la España de la muerte de Franco, hay una apertura, el país se moderniza, y los jóvenes tienen nuevos canales expresivos que antes no tenían, hay una eclosión, es muy estimulante sentir esa energía.

Somos nosotros ahora los que preguntamos algo sin venir a cuento, con el descaro, eso sí, de introducirlo por un “en este orden de cosas”. Si robas, roba un millón, nunca un euro. La periodista china sigue extendiendo deliciosamente los ojos más allá de sus breves cejitas. Si no fuera mi pareja, intentaría conquistarla.

Babab: En este orden de cosas. ¿A ti te han censurado mucho?
A. G-A.- ¿A mí? No.

Babab: ¿Y en China?
A. G-A.- En China no he expuesto todavía.

Ciertamente, la exposición está a punto de caramelo, pero no ha abierto aún sus puertas al gran público. Es, digámoslo así, más “clásica” que la próxima narrativa en Madrid, y más breve. Acompañándola, se venden algunos libros con fotografías de Alberto en la librería-café a la entrada de la galería.
Nos enseña su nuevo libro, fotos de mediados de los años 70 acompañadas de un diaporama y textos que apoyan la narración y que corresponde a una exposición financiada por la fundación Canal que tuvo recientemente su sitio en Madrid.

Babab: ¿Y tú ves tus fotos?
A. G-A.- (Riendo) Pues hombre, más que los demás, sí.

Babab: Quiero decir, ¿Revisas tus fotos? ¿Hay veces que al ver ciertas fotos te sorprendas por algo que hay en ellas?
A. G-A.- Sí claro, muchas fotos las veo y cuando a veces tienen ese punto más sensible pues te tocan ¿no? porque yo conozco a la gente.

Babab: ¿Y hay fotos que nunca enseñarás?
A. G-A.- No… ese “nunca”… ¡En las que salgo feo (ríe)!

Babab: ¿Te haces autorretratos?
A. G-A.- Constantemente.

Babab: ¿Una necesidad, una búsqueda de algo específico?
A. G-A.- Es una búsqueda de mí mismo.

Babab: ¿Y te reconoces más en las fotos que en otros sitios?
A. G-A.- Reconozco… otro tipo de cosas… cómo nos vemos en la foto, qué vemos de nosotros mismos… es un ejercicio muy estimulante también volcar la cámara hacia nosotros mismos.

Babab: (Me justifico, y ahora justifico la justificación) Sé que te lo habrán preguntado muchas veces, pero, ¿por qué el blanco y negro en vez del color, por qué casi siempre el blanco y negro?
A. G-A.- Me acerqué a la fotografía a través del blanco y negro. Es mi manera de expresarme, es la manera en la que me encuentro con mayor seguridad expresiva. Ya tengo esa deformación del ojo que, mirando por la cámara, ya veo en blanco y negro.

Babab: (Pregunta Ona, y yo traduzco) ¿Has visto fotografía china?
A. G-A.- Sí. He visto trabajos de fotógrafos chinos y me gustan mucho.

Babab: (Preguntamos ambos, y nos traducimos mutuamente) ¿Qué esperas de esta exposición?
A. G-A.- Bueno, de esta exposición espero que sea buena, hacer un buen trabajo, pero lo que de verdad espero es tomar buenas fotos, lo que espero de este viaje es tener buenas imágenes. Los viajes favorecen muchísimo los encuentros. En este momento estando aquí estoy haciendo fotos también, ¿qué va a salir de aquí? Estoy también escribiendo. Esto es una fuente de alimentación para mí, me estoy encerrando por las noches a escribir, estoy haciendo fotos. A veces es todo algo precipitado, hacer fotos así impulsivamente, pero algo evolucionará en mí, algo me aportará. Esa es la esperanza, una nueva cosa que te nutre ¿no?
Este viaje es parte de esa narración que preparamos para el Reina Sofía en Madrid.

Babab: ¿Prefieres trabajar con entidades públicas, con galerías, con editoriales…?
A. G-A.- Con quien me dé la gana.

Babab: ¿Te afecta el hecho de que el arte esté tan íntimamente relacionado con el mercado?
A. G-A.- No.
(Nicolás): No te pones a pensar en cómo es, en cómo vivir. Una de las cosas que más me gustan de trabajar con él es eso, que no se preocupa por lo que tiene o no que hacer, adónde debería ir, sino lo que quiere hacer. No ha cambiado su forma de vivir y eso es un privilegio. No es un privilegio que él escoja, es algo que le viene dado, no piensa en ello, si empiezas a hablar del mercado, el mundo del arte… él no está muy interesado en ello.

Babab: ¿Qué piensas de los precios que de repente están alcanzando las fotografias en el mercado del arte?
A. G-A.- No tengo ni idea. Sé que hay un mercado importante de fotografías, pero lo único importante para mí es mi obra y trabajar.

Babab: ¿Te acuerdas de tu primera foto?
A. G-A.- Sí.

Babab: ¿Y la última?
A. G-A.- Eso hay que preguntárselo al Espíritu Santo.

Babab: ¿Piensas seguir con ello siempre?
A. G-A.- Hasta que llegue el día en que sientas que has hecho lo suficiente.

Cae la tarde y decae la conversación. Es culpa de las palabras. Nos vamos, yo detrás de la china. Alberto pasará probablemente la noche escribiendo, para aprovechar despierto la luz del alba de las afueras de Pekín, tan mágica como él ha descubierto. Le hemos prometido llamarlo si sabemos de alguna actriz porno china que presentarle. Si se la podemos presentar, tendrá que haberse hecho amiga nuestra antes. Nuestra implica mía. Salgo pensando en eso, detrás de la china.


Texto, Copyright © 2008 Nacho Toro.
Todos los derechos reservados.

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